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Mostrando entradas de junio 30, 2024

Video del Papa / Julio

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Fiesta de Santo Tomás apóstol

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  La Iglesia celebra la Fiesta de Santo Tomás Apóstol el 3 de julio. Aunque las fiestas de los santos se celebran típicamente en la fecha de su muerte, se desconoce la fecha exacta de la muerte de Santo Tomás. Se eligió la fecha del 3 de julio para conmemorar la fecha en que sus reliquias fueron trasladadas a Edesa (en la actual Turquía), posiblemente desde el sur de la India, donde los cristianos reclaman a Tomás como el Apóstol que los evangelizó. ¿Quién fue Santo Tomás Apóstol? Santo Tomás es uno de los Doce Apóstoles escogidos por Jesús para evangelizar el mundo y pastorear Su rebaño (la Iglesia) después de Su Ascensión al Padre. Este uso formal de Apóstol distingue a los Doce, y luego a San Pablo elegido por Cristo Resucitado, de todos los demás, como los que hoy cumplen el oficio apostólico (los obispos), los discípulos que siguieron a Jesús en su tiempo y en el nuestro, y todos aquellos que realizan obras de evangelización a lo largo de la historia, “apóstoles” en sentido genéri

Los cinco minutos del Espíritu Santo

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Es maravilloso detenerse a admirar cómo se hace presente la vida del Espíritu en las relaciones humanas. Porque todo gesto de amor humano es un pálido reflejo de ese Amor infinito que une al Padre y al Hijo. Toda experiencia de amor sincero es una chispa del Espíritu Santo que se mete en este mundo. Por eso, para imaginarme cómo es el Espíritu Santo debo imaginarme un momento, una experiencia de amor humano generoso, sincero, feliz. Eso mismo, infinitamente más grande, más precioso, es el Espíritu Santo. Por eso puedo detenerme a admirar los luminosos reflejos del Espíritu Santo en una pareja que se ama, en un abrazo de reencuentro, en un gesto de servicio humilde y generoso, en una sonrisa que busca hacer feliz a otro. 📚   Autor:  Mons. Víctor Manuel Fernández . ® Editorial Claretiana.

Evangelio cotidiano /Semana 13ª del tiempo Ordinario

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  Evangelio según san Juan 20, 24-29 Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían: “Hemos visto al Señor”. Pero él les contestó: “Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo”. A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo: “Paz a ustedes”. Luego dijo a Tomás: “Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente”. Contestó Tomás: “¡Señor mío y Dios mío!”. Jesús le dijo: “¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto”. Palabra del Señor. “¡Señor mío y Dios mío!” La importancia de la comunidad :  Tomás se perdió la primera aparición de Jesús porque no estaba con los demás discípulos. Esto nos recuerda la importancia de estar presentes y participar en

Boletín Parroquial / Julio 2024

  Boletín Parroquial Julio 2024 by parroquiasj

Los Cinco Minutos del Espíritu Santo

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  El Espíritu Santo nos hace encontrar en las cosas de este mundo mucho más que lo que nosotros buscamos en ellas. Es completamente normal que nos gusten las cosas de la tierra, que nos atraigan las cosas de este mundo, porque Dios las creó “ para que las disfrutemos ” (1 Tim 6, 17). Si no fuera así, nos moriríamos de angustia y no podríamos soportar esta vida.  El atractivo de las cosas es un signo maravilloso, y la variedad de este mundo, repleto de cosas agradables, es un reflejo de la inagotable hermosura de Dios.  El atractivo que sentimos por el placer que nos brindan las cosas de esta tierra nos dice que existe la vida y la esperanza, que vale la pena haber nacido, que existe la hermosura y existe el bien; en definitiva, que existe Dios. El problema es que a veces nos confundimos, y eso es causa de muchas tristezas. Porque las cosas son simplemente creaturas de Dios que reflejan un poquito de su belleza; pero él es infinitamente más que ellas e infinitamente mejor que las cosas.

Evangelio cotiadiano / Semana 13ª del tiempo Ordinario

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  Evangelio según san Mateo 8, 23-27 En aquel tiempo, subió Jesús a la barca, y sus discípulos lo siguieron. En esto se produjo una tempestad tan fuerte, que la barca desaparecía entre las olas; Él dormía. Se acercaron y lo despertaron gritándole: “¡Señor, sálvanos, que perecemos!”. Él les dice: “¿Por qué tienen miedo, hombres de poca fe?”. Se puso en pie, increpó a los vientos y al mar y vino una gran calma. Los hombres se decían asombrados: “¿Quién es este, que hasta el viento y el mar le obedecen?”. Palabra del Señor. “¿Por qué tienen miedo, hombres  de poca fe?” Jesús calma una tormenta mientras está en una barca con sus discípulos. Este evento tiene un profundo significado espiritual y nos ofrece valiosas lecciones sobre la fe, el miedo y el poder de Jesús. Fe en medio de las tormentas: Este pasaje nos recuerda que, aunque enfrentemos tormentas en la vida, debemos mantener nuestra fe en Jesús. Su presencia trae paz y su poder puede calmar cualquier tempestad. Con

Fiesta Patronal 2024

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Los cinco minutos del Espíritu Santo

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En Jn 3, 14-21 se nos dice que basta mirarlo a Jesús ser salvados, así como Moisés levantaba la serpiente en el desierto para que con sólo mirarla se alcanzara la liberación. Mirarlo, sacar los ojos por un instante de nuestra maraña de cansancios, resentimientos, orgullos lastimados, insatisfacciones. Mirarlo, levantando los ojos más allá de la miseria sabiendo que hay algo más, que existe la luz sobrenatural que quiere bañar y transformar las tinieblas donde estamos sumergidos. Sólo levantar los ojos, para descubrir que no todo es negro y oscuro, que existe la verdad. Pero nuestros ojos no se levantan por su propio poder. Es mucha la fuerza del pecado que nos ha ido lastimando y debilitando, como para pensar que con nuestro propio esfuerzo podemos levantar los ojos. Pero además, es tan grande la luz del amor de Dios, que los ojos del corazón humano no pueden percibirla si ese corazón no es elevado. Sólo nos sana y nos eleva la gracia del Espíritu Santo.  Por eso, en medio de la oscuri

Evangelio cotidiano /Semana 13ª del tiempo Ordinario

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  Evangelio según san Mateo 8, 13-22 En aquel tiempo, viendo Jesús que lo rodeaba mucha gente, dio orden de cruzar a la otra orilla. Se le acercó un escriba y le dijo: “Maestro, te seguiré adonde vayas”. Jesús le respondió: “Las zorras tienen madrigueras y los pájaros nidos, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza”. Otro, que era de los discípulos, le dijo: “Señor, déjame ir primero a enterrar a mi padre”. Jesús le replicó: “Tú, sígueme y deja que los muertos entierren a sus muertos”. Palabra del Señor. "Maestro, te seguiré adonde vayas" El texto parte del éxito de masas que tiene Jesús. Su palabra, sus hechos, su modo de ser ha atraído a muchos hacia él. ¿Qué buscaban en Jesús? ¿Simplemente estaban fascinados por él? ¿Les gustaba su proyecto de vida? ¿Buscaban el poder curativo de Jesús? La de un leproso, la del criado del centurión, la de la suegra de Pedro, preceden en el texto evangélico a este movimiento general de unirse a él. Sería el momento de aprov

DECIMOTERCER DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

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  Evangelio según san Marcos 5, 21-43 En aquel tiempo, Jesús atravesó de nuevo en barca a la otra orilla, se le reunió mucha gente a su alrededor y se quedó junto al mar. Se acercó un jefe de la sinagoga, que se llamaba Jairo, y, al verlo, se echó a sus pies, rogándole con insistencia: “Mi niña esta en las últimas; ven, impón las manos sobre ella, para que se cure y viva”. Se fue con él y lo seguía mucha gente que lo apretujaba. Había una mujer que padecía flujos de sangre desde hacía doce años. Había sufrido mucho a manos de los médicos y se había gastado en eso toda su fortuna; pero, en vez de mejorar, se había puesto peor. Oyó hablar de Jesús y, acercándose por detrás, entre la gente, le toco el manto, pensando: “Con solo tocarle el manto curaré”. Inmediatamente se secó la fuente de sus hemorragias y notó que su cuerpo estaba curado. Jesús, notando que había salido fuerza de Él, se volvió enseguida, en medio de la gente y preguntaba: “¿Quién me ha tocado el manto?”. Los discípulos l