Entradas

Mostrando entradas de febrero 14, 2021

Los Cinco Minutos del Espíritu Santo

Imagen
  " Espíritu Santo, quiero vivir en tu paz, gozar de tu amor cada día, y entregarme a la vida con entusiasmo. Pero tú sabes que guardo dentro de mí rencores y resentimientos que he tratado de ocultar.  Hoy te pido la gracia de liberarme, Espíritu Santo. Derrama en mí un profundo deseo de perdonar, de vivir en paz con todos y de comprender profundamente las agresiones y desprecios de algunas personas.  Ayúdame a descubrir sus sufrimientos y debilidades para poder mirarlos con ternura y no juzgarlos por lo que me hacen. Regálame la gracia de comprender y bendecir a los que me ofenden, persiguen y desprecian, alabándote por ellos, que son tuyos.  Derrama en mí un espíritu de profunda tolerancia. Ven Espíritu Santo. Amén. "

VIERNES DESPUÉS DE CENIZA

Imagen
  Lectura del libro de Isaías   58, 1-9ª   Así habla el Señor Dios: ¡Grita a voz en cuello, no te contengas, alza tu voz como una trompeta: denúnciale a mi pueblo su rebeldía y sus pecados a la casa de Jacob! Ellos me consultan día tras día y quieren conocer mis caminos, como lo haría una nación que practica la justicia y no abandona el derecho de su Dios; reclaman de mí sentencias justas, les gusta estar cerca de Dios: «¿Por qué ayunamos y Tú no lo ves, nos afligimos y Tú no lo reconoces?»   Porque ustedes, el mismo día en que ayunan, se ocupan de negocios y maltratan a su servidumbre. Ayunan para entregarse a pleitos y querellas y para golpear perversamente con el puño. No ayunen como en esos días, si quieren hacer oír su voz en las alturas. ¿Es éste acaso el ayuno que Yo amo, el día en que el hombre se aflige a sí mismo? Doblar la cabeza como un junco, tenderse sobre el cilicio y la ceniza: ¿a eso lo llamas ayuno y día aceptable al Señor? Éste es el ayuno que Yo amo -oráculo del Señ

¡Que no te pierda, Señor!

Imagen
    Sales a mi encuentro, tiempo de gracia y de cuaresma, para hacerme comprender que, mi vida sin Dios, es paja que lleva el viento. Venís a mi encuentro, días de gracia y de perdón, para hacerme sentir que, no estoy sólo, que Dios me acompaña en mi caminar que, cuando vuelvo los ojos hacia Él, no hay reproche alguno sino indulgencia plena.   ¡Que no te pierda, Señor! Que no desperdicie tantos dones que me traes. Que, si hay para mí, también los pretenda para los demás. Que, donde estén presentes mis gestos y mis detalles, mi servicio y me delicadeza, que, entonces Señor, sienta que no te estoy perdiendo.   ¡Que no te pierda, Señor! Porque son muchos los lodos que intentan engullirte. Porque, a veces, la ceniza deja más rastro en nosotros que la misma luminosidad de la Santa Pascua. Porque, a veces Señor, decimos tenerte y no te conocemos. Decimos quererte, y nos resistimos acompañarte con tu cruz. Decimos ser de los tuyos, y volvemos la cara.   ¡Que no te pierda, Señor! Para que, cua