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Mostrando entradas de julio 4, 2021

Liturgia - Lecturas del día

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  Lectura del libro del Génesis 49, 29-32; 50, 15-26a   Jacob dio a  sus  hijos esta orden: «Yo estoy a punto de ir a reunirme con los míos. Entiérrenme junto con mis padres, en la caverna que está en el campo de Efrón, el hitita, en el campo de Macpelá, frente a Mamré, en la tierra de Canaán, el campo que Abraham compró a Efrón, el hitita, para tenerlo como sepulcro familiar. Allí fueron enterrados Abraham y Sara, su esposa; allí fueron enterrados Isaac y Rebeca, su esposa; y allí también sepulté a Lía. Ese campo y la caverna que hay en él fueron comprados a los hititas». Al ver que su padre había muerto, los hermanos de José se dijeron: «¿Y si José nos guarda rencor y nos devuelve todo el mal que le hicimos?» Por eso le enviaron este mensaje: «Antes de morir, tu padre dejó esta orden: "Díganle a José: Perdona el crimen y el pecado de tus hermanos, que te hicieron tanto mal. Por eso, perdona el crimen de los servidores del Dios de tu padre"». Al oír estas palabras, José se p

Los Cinco Minutos del Espíritu Santo

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  Muchas veces sufrimos por la agresividad que llevamos dentro. Algunas personas reaccionan mal, con agresiones o ironías; otras se callan, pero se aíslan resentidas. Hay muchas tensiones interiores que nos llevan a sentirnos mal con las demás personas. A veces hay cosas que nos molestan y no sabemos bien por qué; otras veces sentimos rechazo por cosas que no son tan importantes.  Es necesario llevar calma y armonía a ese mundo interior, para que no desgastemos tantas energías inútilmente. El Espíritu Santo puede sanar nuestro interior para que nos liberemos de muchas tensiones innecesarias, para que renunciemos a la guerra con los demás, para que dejemos de resistirnos ante las cosas que nos irritan y aprendamos a aceptarlas como parte de la vida.  Si dejamos que el Espíritu Santo nos serene en un momento de oración, podemos decirle “no” a la violencia interior y optar sinceramente por la paz del corazón.  Esto no significa que no luchemos o que no discutamos cuando es necesario. Sólo

Liturgia - Lecturas del día

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  Lectura del libro del Génesis 46, 1-7. 28-30   Israel partió hacia Egipto llevándose todos sus bienes. Cuando llegó a Berseba, ofreció sacrificios al Dios de su padre Isaac. Dios dijo a Israel en una visión nocturna: «¡Jacob, Jacob!» Él respondió: «Aquí estoy». Dios continuó: «Yo soy Dios, el Dios de tu padre. No tengas miedo de bajar a Egipto, porque allí haré de ti una gran nación. Yo bajaré contigo a Egipto, y después Yo mismo te haré volver; y las manos de José cerrarán tus ojos». Cuando Jacob salió de Berseba, los hijos de Israel hicieron subir a su padre, junto con sus hijos y sus mujeres, en los carros que el Faraón había enviado para trasladarlos. Ellos se llevaron también su ganado y las posesiones que habían adquirido en Canaán. Así llegaron a Egipto, Jacob y toda su familia -sus hijos y sus nietos, sus hijas y sus nietas- porque él había llevado consigo a todos sus descendientes. Israel hizo que Judá se le adelantara y fuera a ver a José, para anunciarle su llegada a Gosen