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Mostrando entradas de noviembre 25, 2018

San Andrés, Apóstol

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Nació en Betsaida y tuvo el honor y el privilegio de haber sido el primer discípulo que tuvo Jesús, junto con San Juan el evangelista. Los dos eran discípulos de Juan Bautista, y este al ver pasar a Jesús (cuando volvía el desierto después de su ayuno y sus tentaciones) exclamó: "He ahí el cordero de Dios". Andrés se emocionó al oír semejante elogio y se fue detrás de Jesús, Jesús se volvió y les dijo: "¿Qué buscan?". Ellos le dijeron: "Señor: ¿dónde vives?". Jesús les respondió: "Venga y verán". Y se fueron y pasaron con Él aquella tarde. Esa llamada cambió su vida para siempre. San Andrés se fue luego donde su hermano Simón y le dijo: "Hemos encontrado al Salvador del mundo" y lo llevó a donde Jesús quien encontró en el gran San Pedro a un entrañable amigo y al fundador de su Iglesia. El día del milagro de la multiplicación de los panes, fue San Andrés el que llevó a Jesús el muchacho que tenía los cinco panes. El santo prese

Lecturas del día

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Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Roma 10, 9-18 Hermanos: Si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos, serás salvado. Con el corazón se cree para alcanzar la justicia, y con la boca se confiesa para obtener la salvación. Así lo afirma la Escritura: «El que cree en él no quedará confundido». Porque no hay distinción entre judíos y los que no lo son: todos tienen el mismo Señor, que colma de bienes a quienes lo invocan. Ya que todo el que invoque el nombre del Señor se salvará. Pero, ¿cómo invocarlo sin creer en él? ¿Y cómo creer, sin haber oído hablar de él? ¿Y cómo oír hablar de él, si nadie lo predica? ¿Y quiénes predicarán, si no se les envía? Como dice la Escritura: «¡Qué hermosos son los pasos de los que anuncian buenas noticias!» Pero no todos aceptan el Evangelio. Así lo dice Isaías: «Señor, ¿quién creyó en nuestra predicación?» La fe, por lo tanto, nace de la predi

Stella Maris

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Stella Maris quiere decir en latín: ‘estrella de mar’. No se conoce el origen de esta advocación, por lo tanto, para conocer su historia, debemos remontarnos a las tradiciones, que en alguna medida se ajustan a los hechos reales. Cuenta la tradición que las apariciones de la Virgen María a los hombres de mar, se sucedían con frecuencia frente a los peligros de naufragio: frente al grito desesperado de quienes se veían hundirse, y las oraciones suplicando ayuda, María se aparecía, en la nebulosa de la tempestad, con una estrella brillante en su cabeza, que muchas veces hacía de guía para los náufragos perdidos.  Se ignora cuándo comenzó a llamarse  Stella Maris  a la Virgen protectora de los marinos, pero se sabe que desde principios del siglo VII existía un himno que cantaban los marineros, que comenzaba nombrándola bajo esta advocación. Los artistas comenzaron a pintar las imágenes de María, así como la describían los marineros que la habían visto. Luego se hicieron tallas y escult

Lecturas del día

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Lectura del libro del Apocalipsis (18,1-2.21-23;19,1-3.9a): YO, Juan, vi un ángel que bajaba del cielo con gran autoridad, y la tierra se deslumbró con su resplandor. Y gritó con fuerte voz: «Cayó, cayó la gran Babilonia. Y se ha convertido en morada de demonios, en guarida de todo espíritu inmundo, en guarida de todo pájaro inmundo y abominable. Un ángel vigoroso levantó una piedra grande como una rueda de molino y la precipitó al mar diciendo: «Así, con este ímpetu será precipitada Babilonia, la gran ciudad, y no quedará rastro de ella. No se escuchará más en ti la voz de citaristas ni músicos, de flautas y trompetas. No habrá más en ti artífices de ningún arte; y ya no se escuchará en ti el ruido del molino; ni brillará más en ti luz de lámpara; ni se escuchará más en ti la voz del novio y de la novia, porque tus mercaderes eran los magnates de la tierra y con tus brujerías embaucaste a todas las naciones». Después de esto oí en el cielo como el vocerío de una gran muchedumbre,

Lunes 3 de diciembre

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Lecturas del día

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Lectura del libro del Apocalipsis 15, 1-4 Yo, Juan, vi en el cielo otro signo grande y admirable: siete Ángeles que llevaban las siete últimas plagas, con las cuales debía consumarse la ira de Dios. También vi como un mar de cristal, mezclado de fuego. Los que habían vencido a la Bestia, a su imagen y la cifra de su nombre, estaban de pie sobre el mar de cristal, teniendo en sus manos grandes arpas, y cantaban el canto de Moisés, el servidor de Dios, y el canto del Cordero, diciendo: «¡Grandes y admirables son tus obras, Señor, Dios todopoderoso; justos y verdaderos son tus caminos, Rey de los pueblos! ¿Quién dejará de temerte, Señor, quién no alabará tu Nombre? Sólo Tú eres santo, y todas las naciones vendrán a adorarte, porque se ha manifestado la justicia de tus actos». Palabra de Dios. Apocalipsis: ¿libro de calamidades y destrucción? En realidad, libro de consolación. El texto comienza con la llegada de siete ángeles que van a contrib

Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa

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La Medalla Milagrosa ¡La Medalla de la Inmaculada Concepción —popularmente conocida como la Medalla Milagrosa— fue diseñada según las indicaciones de la misma Santísima Virgen! Por eso no es de extrañar que obtenga tan extraordinarias gracias para aquellos que la llevan puesta y rezan por la intercesión y el socorro de María. La primera aparición La historia comienza la noche entre el 18 y 19 de julio de 1830. Un niño (tal vez su ángel de la guarda), despertó a la Hermana (ahora santa) Catalina Labouré, una novicia en la comunidad de las Hijas de la Caridad en París, y le pidió que fuera a la capilla. Allí, Catalina se reunió con la Virgen María y conversó con ella por varias horas. Durante la conversación María le dijo: “Mi niña, te voy a encomendar una misión”. La segunda aparición María le dio esta misión en una visión mientras meditaba la noche del 27 de noviembre de 1830. Catalina vio a María parada en lo que parecía ser la mitad de un globo y sosteniendo una esfe

Lecturas del día

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Lectura del libro del Apocalipsis 14, 4-19 Yo, Juan, vi una nube blanca, sobre la cual estaba sentado alguien que parecía Hijo de hombre, con una corona de oro en la cabeza y una hoz afilada en la mano. En seguida salió del Templo otro Ángel y gritó con voz potente al que estaba sentado sobre la nube: «Empuña tu hoz y siega, porque ha llegado el tiempo de la cosecha y los sembrados de la tierra están maduros». Y el que estaba sentado sobre la nube pasó su hoz sobre la tierra, y ésta quedó segada. Entonces otro Ángel salió del Templo que está en el cielo, llevando también una hoz afilada. Y salió del altar otro Ángel -el que tiene poder sobre el fuego- y gritó con voz potente al que tenía la hoz afilada: «Empuña tu hoz y cosecha los racimos de la viña de la tierra, porque han llegado a su madurez». El Ángel pasó la hoz afilada sobre la tierra, cosechó la viña y arrojó los racimos en la inmensa cuba de la ira de Dios. Palabra de Dios. Las lecturas de estos

Lecturas del día

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Lectura del libro del Apocalipsis 14, 1-3. 4b-5 Yo, Juan, vi al Cordero que estaba de pie sobre el monte Sión, acompañado de, ciento cuarenta y cuatro mil elegidos, que tenían escrito en la frente el nombre del Cordero y de su Padre. Oí entonces una voz que venía del cielo, semejante al estrépito de un torrente y al ruido de un fuerte trueno, y esa voz era como un concierto de arpas: sus elegidos cantaban un canto nuevo delante del trono de Dios, y delante de los cuatro Seres Vivientes y de los Ancianos. Y nadie podía aprender este himno, sino los ciento cuarenta y cuatro mil que habían sido rescatados de la tierra. , Ellos siguen al Cordero dondequiera que vaya. Han sido los primeros hombres rescatados para Dios y para el Cordero. En su boca nunca hubo mentira y son inmaculados. Palabra de Dios. Juan plaga de símbolos su escritura, pero nosotros nos vamos a centrar en dos: ciento cuarenta y cuatro mil y el grabado en la frente que llevan éstos. ¿A quién se

SOLEMNIDAD DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO, REY DEL UNIVERSO

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Lectura de la profecía de Daniel 7, 13-14 Yo estaba mirando, en las visiones nocturnas, y vi que venía sobre las nubes del cielo como un Hijo de hombre; Él avanzó hacia el Anciano y lo hicieron acercar hasta Él. Y le fue dado el dominio, la gloria y el reino, y lo sirvieron todos los pueblos, naciones y lenguas. Su dominio es un dominio eterno que no pasará, y su reino no será destruido. Palabra de Dios. Es una visión en la que el autor contempla a una figura, llamada Hijo de hombre, al que se le confía el destino del mundo. Su “reino no será destruido”. No ha habido ni habrá sobre la tierra un imperio que permanezca eternamente, porque los imperios de la tierra son humanos, aunque pretendan ser divinos. Tienen los pies de barro, de insolidaridad y de injusticia. El sueño, la visión no es otra cosa que lo quedeseamos todos, pero ese reino tiene que venir de Dios (el Anciano en la visión), pues de lo contrario no será eterno. Sabemos que la tradición