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Mostrando entradas de enero 2, 2022

Si no somos capaces de escuchar a los demás, no vamos a escuchar a Dios

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  Tenemos que comenzar a ejercitarnos en el plano humano para llegar a escuchar a Dios. ¿Cómo podemos escuchar a Dios? Inquietante planteamiento para el que anhelamos una respuesta. Se convierte en una de las principales preguntas en la vida cristiana. Uno siente la necesidad de sentir la voz de Dios, de estar convencidos de que se trata de la voz de Dios que nos habla al corazón y no de nuestras imprecisiones, nuestro fanatismo y subjetividad. Cuando uno pide consejo se suele preguntar de buena fe y de manera sincera cómo escuchar la voz de Dios porque quisiera uno conocerlo más; constatamos en nuestro interior el deseo de Dios y queremos abarcarlo todo, además porque llega el momento de tomar decisiones importantes, estar convencidos que este camino que hemos elegido es el correcto y por lo tanto queremos asegurarnos que no son nuestras propias voces sino la voz de Dios la que habla al corazón. La respuesta a esta pregunta sincera que planteamos puede ser muy amplia, de acuerdo a las

Liturgia - Lecturas del día

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  Lectura de la primera carta de san Juan 4, 7-10   Queridos míos,  amémonos los unos a los otros, porque el amor procede de Dios, y el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. El que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor. Así Dios nos manifestó su amor: envió a su Hijo único al mundo, para que tuviéramos Vida por medio de Él. Y este amor no consiste en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó primero, y envió a su Hijo como víctima propiciatoria por nuestros pecados.   Palabra de Dios. Todo el que ama conoce a Dios. Nos encontramos en el plano del «conocimiento» bíblico, hecho de connivencia, intimidad y participación interior. En realidad, la definición del cristiano se aproxima a la de Dios. El que practica el amor realiza la experiencia del Amor, pues Dios es Amor. Esta definición no tiene nada de abstracta, como lo demuestra la insistencia del apóstol en lo que la historia de la salvación nos enseña. Primero, Dios envió a su Hijo único al mundo «para

Caminan, buscan y entregan

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  Reyes Magos, que saliendo de vuestros reinos, cabalgáis en busca de Aquel que también dejó el suyo. Decidnos: ¿Cómo  encontrar la ruta de Belén? ¿Cómo es la estrella que nos lleva hasta el Redentor? La ruta de  Belén, es el camino de cada día. Es la valentía de los que creen en medio de dificultades, o la  persistencia, aún en medio de tormentas. Es la curiosidad de indagar y avanzar aunque no se vislumbre nada en el horizonte.   ¿Y la estrella? La estrella es la luz que ilumina el corazón. La intuición de saber que, Dios, siempre acompaña. La esperanza que te invita a seguir adelante o la mañana en la que sientes que Dios te espera, que Dios te aguarda.   Decidnos, Reyes Magos, ¿cómo es Dios? Dios, es imposible de descifrarlo: Lo vimos, y  le adoramos. No nos habló, pero nosotros lo hicimos con agasajos. Le presentamos la riqueza que el mundo tiene y de la que tanto le cuesta desprenderse. Le ofrecimos el incienso con el cual el hombre hoy, en vuestro tiempo, perfuma y ensalza todo

Liturgia - Lecturas del día

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  Lectura de la primera carta de san Juan   3, 22 –– 4, 6   Hijos míos: Dios nos concederá todo cuanto le pidamos, porque cumplimos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada. Su mandamiento es éste: que creamos en el Nombre de su Hijo Jesucristo, y nos amemos los unos a los otros como Él nos ordenó. El que cumple sus mandamientos permanece en Dios, y Dios permanece en él; y sabemos que Él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado.   Queridos míos, no crean a cualquiera que se considere inspirado: pongan a prueba su inspiración, para ver si procede de Dios, porque han aparecido en el mundo muchos falsos profetas. En esto reconocerán al que está inspirado por Dios: todo el que confiesa a Jesucristo manifestado en la carne, procede de Dios. Y todo el que niega a Jesús, no procede de Dios, sino que está inspirado por el Anticristo, de quien ustedes oyeron decir que vendría y ya está en el mundo.   Hijos míos, ustedes son de Dios y han vencido a esos falsos profetas, porque A