Mes de María / “LA PARADOJA DE LA ALEGRÍA CRISTIANA”

LUCAS 1, 32-33. 38 “Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin’. Dijo María: ‘He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra’. Y el ángel, dejándola, se fue”. MEDITACIÓN “En las palabras pronunciadas por el mensajero de Nazaret, María como que vislumbró en Dios toda su vida en la tierra y en su eternidad. Pues, ¿por qué, al oír que iba a ser Madre de Dios, no respondió con entusiasmo espiritual, sino ante todo con un humilde Fiat [sí]: ‘Aquí está la sierva del Señor, hágase en mí su palabra’? ¿Acaso no fue porque sintió, ya desde entonces, el dolor acuciante del ‘reinar en el trono de David que iba a corresponder a Jesús? Al mismo tiempo el arcángel le anuncia que ‘su reino no tendrá fin’. En las palabras del saludo angélico a María, comienzan a desvelarse todos los misterios en que tendrá cumplimiento la redención del mundo, misterios gozo...