Los Cinco Minutos del Espíritu Santo escrito por Mons. Víctor Manuel Fernández

El Espíritu Santo nos hace encontrar en las cosas de este mundo mucho más que lo que nosotros buscamos en ellas. Es completamente normal que nos gusten las cosas de la tierra, que nos atraigan las cosas de este mundo, porque Dios las creó "para que las disfrutemos" (1 Timoteo 6,17). Si no fuera así, nos moriríamos de angustia y no podríamos soportar esta vida. El atractivo de las cosas es un signo maravilloso, y la variedad de este mundo, repleto de cosas agradables, es un reflejo de la inagotable hermosura de Dios. El atractivo que sentimos por el placer que nos brindan las cosas de esta tierra nos dice que existe la vida y la esperanza, que vale la pena haber nacido, que existe la hermosura y existe el bien; en definitiva, que existe Dios. El problema es que a veces nos confundimos, y eso es causa de muchas tristezas. Porque las cosas son simplemente creaturas de Dios que reflejan un poquito de su belleza; pero él es infinitamente más que ellas e infinitamente mejor que l...