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Mostrando entradas de junio 4, 2023

Los cinco minutos del Espíritu Santo

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Juan el Bautista anunciaba que el Mesías iba a bautizar " en el Espíritu Santo y en el fuego ", purificando todo lo que no sirve (Lucas 3,16-17). El Bautismo que trae el Mesías será una verdadera purificación, porque derrama el Espíritu Santo como fuego. El Mesías cumple aquel anuncio del profeta Ezequiel: " Los purificaré de toda inmundicia y de toda basura, y les daré un corazón nuevo... Infundiré mi Espíritu en ustedes y haré que caminen según mis preceptos " (Ezequiel 36,25-27). Esto significa que la manifestación del poder del Mesías se realiza sobre todo en los corazones. Y esa obra interior del Mesías hace que los hombres puedan cumplir de verdad la voluntad de Dios. Porque una predicación atractiva no es suficiente; es necesaria la acción secreta de la gracia de Dios en el interior de la persona. Pensemos un momento de qué quisiéramos ser purificados, y pidámoslo al Espíritu Santo, que es fuego purificador. 📚  Autor:  Mons. Víctor Manuel Fernández.  ® Edito

Lecturas de hoy /Sábado de la 9º semana durante el año

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  Lectura del libro de Tobías 12, 1. 5-15. 20   Tobit llamó a su hijo Tobías y le dijo: «Hijo mío, ya es hora de pagarle lo convenido a tu compañero, agregando incluso algo más». Tobías llamó a su compañero y le dijo: «Toma en pago la mitad de lo que has traído, y vete en paz». Entonces Rafael llamó aparte a los dos y les dijo: «Bendigan a Dios, y celébrenlo delante de todos los vivientes por los bienes que Él les ha concedido, para que todos bendigan y alaben su Nombre. Hagan conocer debidamente a todos los hombres las obras de Dios y nunca dejen de celebrarlo. Es bueno mantener oculto el secreto del rey, pero las obras de Dios hay que revelarlas y publicarla como es debido. Practiquen el bien, y así el mal nunca los dañará. La oración con el ayuno y la limosna con la justicia valen más que la riqueza con la iniquidad. Vale más hacer limosna que amontonar oro. La limosna libra de la muerte y purifica de todo pecado. Los que dan limosna gozarán de una larga vida. Los que pecan y practi

Los cinco minutos del Espíritu Santo

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" Espíritu Santo, tú eres alegría que desborda, que se derrama luminosa en cada criatura. El mundo entero es un canto de gozo que surge como cascadas de vida de tu exceso de amor. Toca mi interior con tu gracia, Espíritu Santo, para que pueda tomar parte en esa felicidad. Muéstrame la belleza y la bondad de las cosas pequeñas. Te doy gracias, Espíritu de vida, por el agua, la luz, los colores, las sensaciones de la piel, la voz de mis amigos, las manos, el cielo, la sangre que corre intensamente y me mantiene vivo. Enséñame a buscar siempre algo más en la vida. Porque mientras hay vida hay esperanza. Todos los días nacen niños, todos los días puede aparecer un santo, un sabio, un héroe, y el amor nos sorprende en cualquier esquina. Despierta en mi interior, Señor amado, un intenso amor a ti, para que te busque con el corazón ardiente, para que me goce en tu amistad, y repose en tu presencia cada noche con una sonrisa en los labios. Muéstrame las maravillas de tu amor, Espíritu San

Lecturas de hoy / Viernes de la 9º semana durante el año

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  Lectura del libro de Tobías 11, 5-18a   Ana estaba sentada con la mirada fija en el camino por donde debía volver su hijo. De pronto presintió que él llegaba y dijo al padre: «¡Ya viene tu hijo con su compañero!» Rafael dijo a Tobías, antes que él se acercara a su padre: «Seguro que tu padre va a recobrar la vista. Úntale los ojos con la hiel del pez; el remedio hará que las manchas blancas se contraigan y se desprendan de sus ojos. Así tu padre recobrará la vista y verá la luz». La madre corrió a echarse al cuello de su hijo, diciéndole: «¡Ahora sí que puedo morir, porque te he vuelto a ver, hijo mío!» Y se puso a llorar. Tobit también se levantó y, tropezando, salió por la puerta del patio. Tobías corrió hacia él, con la hiel del pez en su mano; le sopló en los ojos y, sosteniéndolo, le dijo: «¡Ánimo, padre!» Después le aplicó el remedio y se lo frotó. Luego le sacó con ambas manos las escamas de los ojos. Entonces su padre lo abrazó llorando y le dijo: «¡Te veo, hijo mío, luz de m