Lectura del libro de Isaías 26, 1-6 Aquel día, se entonará este canto en el país de Judá: Tenemos una ciudad fuerte, el Señor le ha puesto como salvaguardia muros y antemuros. Abran las puertas, para que entre una nación justa, que se mantiene fiel. Su carácter es firme, y Tú la conservas en paz, porque ella confía en ti. Confíen en el Señor para siempre, porque el Señor es una Roca eterna. Él doblegó a los que habitaban en la altura, en la ciudad inaccesible; la humilló hasta la tierra, le hizo tocar el polvo. Ella es pisoteada por los pies del pobre, por las pisadas de los débiles. Palabra de Dios. Esta exhortación a confiar en el Señor, a nosotros cristianos, al inicio del adviento, nos suena igual y nos suena distinta que a los judíos a los que se dirigía el profeta Isaías. Nos suena igual y queremos vivir siempre la confianza en el Señor. Pero una vez que Jesús, el Mesías, el hi...