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Mostrando entradas de septiembre 17, 2023

Hoy celebramos a san Pío de Pietrelcina, conocido como el sacerdote de los estigmas

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Los cinco minutos del Espíritu Santo

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Nuestro corazón humano está permanentemente inclinado al egoísmo. Es imposible que sólo con sus propias fuerzas logre dar el paso hacia una verdadera generosidad. A veces sentimos que sería bello entregar la vida en el servicio, con un amor verdaderamente preocupado por los demás, capaz de darlo todo. Pero al mismo tiempo sentimos que no somos capaces, que de inmediato nos preocupamos por nuestras cosas, y los demás quedan para otro momento. Muchas veces nos engañamos creyendo que amamos, pero en realidad buscamos a las personas que puedan hacernos sentir bien. Eso no es más que otra forma de buscarse a sí mismo, y de tener a los demás al servicio de las propias necesidades. Ya que es imposible cambiar eso con nuestras fuerzas, no nos queda más que pedirle cada día al Espíritu Santo que nos regale un corazón generoso. Sin embargo, podemos cooperar con el Espíritu Santo, ya que él no nos cambia sin nosotros. Él debe derramar primero su amor y su gracia, pero ese amor no produce frutos,

Lecturas de hoy

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Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a Timoteo 6, 13-16   Querido hijo: Yo te ordeno delante de Dios, que da vida a todas las cosas, y delante de Cristo Jesús, que dio buen testimonio ante Poncio Pilato: observa lo que está prescrito, manteniéndote sin mancha e irreprensible hasta la Manifestación de nuestro Señor Jesucristo, Manifestación que hará aparecer a su debido tiempo el bienaventurado y único Soberano, el Rey de los reyes y Señor de los señores, el único que posee la inmortalidad y habita en una luz inaccesible, a quien ningún hombre vio ni puede ver. ¡A Él sea el honor y el poder para siempre! Amén.   Palabra de Dios.   Cumplir fiel e irreprochablemente todo lo mandado. Esto no es otra cosa sino dar un testimonio de la fe y de la verdad que profesamos en Cristo Jesús. Él, ante Poncio Pilato al declararse Rey, Rey Mesías y testigo de la verdad a pesar de llegar a ser considerado un loco soñador, se convirtió para nosotros en modelo de cómo hemos de dar testimonio

Los cinco minutos del Espíritu Santo

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" Ven Espíritu Santo, y enséñame a esperar.  Porque las cosas que deseo no llegan rápidamente, enséñame a esperar.  Porque no puedo pretender que los demás cambien de un día para el otro, enséñame a esperar. Porque yo mismo voy cambiando muy lentamente, enséñame a esperar.  Porque la vida tiene sus estaciones y todo llega a su tiempo, enséñame a esperar.  Para que acepte que no estoy en el cielo sino en la tierra, enséñame a esperar. Para que no le exija a este día lo que no me puede dar, enséñame a esperar.  Para que reconozca que el mundo no puede estar a mi servicio, enséñame a esperar.  Ven Espíritu Santo, y enséñame a aceptar que muchas cosas se posterguen, para que valore lo que la vida me propone ahora, aunque sea pequeño, aunque parezca poco. Ven Espíritu Santo, enséñame a esperar. Amén ." 📚  Autor:  Mons. Víctor Manuel Fernández.  ® Editorial Claretiana.

Lecturas de hoy

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  Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a Timoteo 6, 3-12 Querido hijo: Si alguien enseña otra cosa y no se atiene a los preceptos saludables de nuestro Señor Jesucristo, ni a la doctrina que es conforme a la piedad, es un ignorante y un orgulloso, ávido de discusiones y de vanas polémicas. De allí nacen la envidia, la discordia, los insultos, las sospechas malignas y los conflictos interminables, propios de hombres mentalmente corrompidos y apartados de la verdad, que pretenden hacer de la piedad una fuente de ganancias. Sí, es verdad que la piedad reporta grandes ganancias, pero solamente si va unida al desinterés. Porque nada trajimos cuando vinimos al mundo, y al irnos, nada podremos llevar. Contentémonos con el alimento y el abrigo. Los que desean ser ricos se exponen a la tentación, caen en la trampa de innumerables ambiciones, y cometen desatinos funestos que los precipitan a la ruina y a la perdición. Porque la avaricia es la raíz de todos los males, y al dejarse ll