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Mostrando entradas de diciembre 22, 2024

Los cinco minutos del Espíritu Santo

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" Ven Espíritu Santo, inspírame, porque quiero alabarte. Abre mi corazón y elévalo en tu presencia, para que te adore con sinceridad y gozo. Tú eres Dios, infinito, sin límites, sin confines. Te adoro. Tú eres simple, único, sin mezcla de oscuridad, ni manchas, ni mentiras. Te adoro. Tú estás en todas partes, penetrándolo todo, llenándolo todo con tu presencia. Te adoro. Tú eres belleza pura, y bañas con tu luz todo lo que tocas. Te adoro. Tú eres amor, amor sin egoísmo alguno, amor desinteresado, amor libre. Te adoro. Ven Espíritu Santo, para que pueda adorarte cada día, para que no me mire permanentemente a mí mismo y sea capaz de reconocer tu claridad hermosísima, tu perfección incomparable, tu esplendor, tu gracia, tu maravilla, tu encanto eterno. Ven Espíritu Santo. Amén ." 📚  Autor:  Mons. Víctor Manuel Fernández.  ® Editorial Claretiana. https://www.instagram.com/cincominutosdelespiritusanto/ https://m.facebook.com/people/Los-cinco-minutos-del-Esp%C3%ADritu-Santo/...

CUARTO DOMINGO DE ADVIENTO

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  Evangelio según san Lucas 1, 39-45 En aquellos días, María se levantó y se puso en camino de prisa hacia la montaña, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Aconteció que, en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel de Espíritu Santo y, levantando la voz, exclamó: “¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? Pues, en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Bienaventurada la que ha creído, porque lo que le ha dicho el Señor se cumplirá”. Palabra del Señor. “  ¡Bendita tú entre las mujeres!  ” En este cuarto domingo de Adviento resuena de nuevo en nuestros oídos el saludo de María. Como Isabel tenemos que recibirlo con sorpresa y agradecimiento. Si somos personas llenas del Espíritu de Dios saltará de gozo nuestro corazón y nuestra vida renacerá a la esperanza. Nos visita la Madre del S...