Liturgia - Lecturas del día

Lectura de la tercera carta de san Juan 5-8 Querido hermano: Tú obras fielmente, al ponerte al servicio de tus hermanos, incluso de los que están de paso, y ellos dieron testimonio de tu amor delante de la Iglesia. Harás bien en ayudarlos para que puedan proseguir su viaje de una manera digna de Dios, porque ellos se pusieron en camino para servir a Cristo, sin aceptar nada de los paganos. Por eso debemos acogerlos, a fin de colaborar con ellos en favor de la verdad. Palabra de Dios. También hoy, ¡cuántos laicos realizan una labor humilde, sencilla, pero meritoria: con su trabajo de misioneros o catequistas o voluntarios! ¡Cuántos cristianos colaboran al trabajo de los misioneros o al sostenimiento de las obras de la Iglesia -iglesias, seminarios, mantenimiento del personal- y lo hacen calladamente! Este buen hombre Gayo, al que alaba la carta, puede considerarse el representante de todas estas personas anónimas que también cooperan en la propagación de...