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Mostrando entradas de mayo 30, 2021

Día 4. El corazón de Jesús lleno de pena

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“¿Hasta cuándo estaré angustiado, con el corazón apenado todo el día?” Salmos 13.3 Cuando el mundo fue creado, “Vio entonces Dios todo lo que había hecho, y todo era muy bueno” (Génesis 1.31). A los humanos se nos puso a cargo… “Y los bendijo Dios diciéndoles: ‘Crezcan y multiplíquense; llenen la tierra y sométanla; dominen sobre los peces del mar, las aves del cielo y todos los animales que se muevan por la tierra” (Génesis 1.28). Era un lugar maravilloso. Hasta se le conocía como un paraíso. Pero pronto los seres humanos empezamos a descomponer las cosas. En ves de compartir, nos mostramos codiciosos. En vez de respetar a nuestros vecinos, empezamos las guerras. Nada de esto estaba de acuerdo a los planes de Dios. Piensa en los amigos o familiares que aparentan ir por el mal camino. ¿Cómo te sientes porque ellos te han causado dolor? (pausa) Los seres humanos todavía estamos a cargo de la creación. Nuestro mundo se ha complicado tanto que hemos estado te

Liturgia - Lecturas del día

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  Lectura del libro de Tobías 12, 1. 5-15. 20   Tobit llamó a su hijo Tobías y le dijo: «Hijo mío, ya es hora de pagarle lo convenido a tu compañero, agregando incluso algo más». Tobías llamó a su compañero y le dijo: «Toma en pago la mitad de lo que has traído, y vete en paz». Entonces Rafael llamó aparte a los dos y les dijo: «Bendigan a Dios, y celébrenlo delante de todos los vivientes por los bienes que Él les ha concedido, para que todos bendigan y alaben su Nombre. Hagan conocer debidamente a todos los hombres las obras de Dios y nunca dejen de celebrarlo. Es bueno mantener oculto el secreto del rey, pero las obras de Dios hay que revelarlas y publicarla como es debido. Practiquen el bien, y así el mal nunca los dañará. La oración con el ayuno y la limosna con la justicia valen más que la riqueza con la iniquidad. Vale más hacer limosna que amontonar oro. La limosna libra de la muerte y purifica de todo pecado. Los que dan limosna gozarán de una larga vida. Los que pecan y practi

Novena Día 3. El corazón de Jesús que desea nuestro amor

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  …“Si cumplen los mandamientos que yo les prescribo hoy, amando al Señor su Dios y sirviéndolo con todo su corazón y toda su alma.” Deuteronomio 11.13 Al principio de su relación, los amantes quieren estar juntos siempre. Están tan enamorados que sólo piensan en la persona a quien aman. Si no pueden estar juntos físicamente, tienen que estar hablándose por teléfono a cada rato. Para la gente mayor, ya madura en el amor, estar juntos sin decir una palabra es más que suficiente. Dios es así con nosotros. No sólo nació en la tierra para poder estar con nosotros, sino que sigue viniendo a nosotros una y otra vez a través de los sacramentos, y siempre permanece con nosotros, en silencio, tanto en la Eucaristía como en nuestros corazones. Una calcomanía pegada a un carro decía: “Dios está loco por ti”. Y Dios sólo pide una cosa a cambio: “Hijo mío, atiéndeme, y acepta de buena gana mis indicaciones.” (Proverbios 23.26). Fuimos creados sólo porque Dios nos ama.

Liturgia - Lecturas del día

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  Lectura del libro de Tobías 11, 5-18a   Ana estaba sentada con la mirada fija en el camino por donde debía volver su hijo. De pronto presintió que él llegaba y dijo al padre: «¡Ya viene tu hijo con su compañero!» Rafael dijo a Tobías, antes que él se acercara a su padre: «Seguro que tu padre va a recobrar la vista. Úntale los ojos con la hiel del pez; el remedio hará que las manchas blancas se contraigan y se desprendan de sus ojos. Así tu padre recobrará la vista y verá la luz». La madre corrió a echarse al cuello de su hijo, diciéndole: «¡Ahora sí que puedo morir, porque te he vuelto a ver, hijo mío!» Y se puso a llorar. Tobit también se levantó y, tropezando, salió por la puerta del patio. Tobías corrió hacia él, con la hiel del pez en su mano; le sopló en los ojos y, sosteniéndolo, le dijo: «¡Ánimo, padre!» Después le aplicó el remedio y se lo frotó. Luego le sacó con ambas manos las escamas de los ojos. Entonces su padre lo abrazó llorando y le dijo: «¡Te veo, hijo mío, luz de m