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Mostrando entradas de abril 1, 2018

Boletín Parroquial/Abril

Boletin Parroquial Mes de Abril by parroquiasj on Scribd

Feliz Aniversario Sacerdotal

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Gracias. Gracias, por tu entrega. Gracias por tu amor a Jesús Sacramentado. Por tu fidelidad. Por enseñarnos el camino. Dios te bendiga. Comunidad San Juan Bautista

Lectura de los Hechos de los Apóstoles 4, 13-21

Los miembros del Sanedrín estaban asombrados de la seguridad con que Pedro y Juan hablaban, a pesar de ser personas poco instruidas y sin cultura. Reconocieron que eran los que habían acompañado a Jesús, pero no podían replicarles nada, porque el hombre que había sido sanado estaba de pie, al lado de ellos. Entonces les ordenaron salir del Sanedrín y comenzaron a deliberar, diciendo: «¿Qué haremos con estos hombres? Porque no podemos negar que han realizado un signo bien patente, que es notorio para todos los habitantes de Jerusalén. A fin de evitar que la cosa se divulgue más entre el pueblo, debemos amenazarlos, para que de ahora en adelante no hablen de ese Nombre». Los llamaron y les prohibieron terminantemente que dijeran una sola palabra o enseñaran en el Nombre de Jesús. Pedro y Juan les respondieron: «Juzguen si está bien a los ojos del Señor que les obedezcamos a ustedes antes que a Dios. Nosotros no podemos callar lo que hemos visto y oído». Después de amenazarlos

SALMO RESPONSORIAL 117, 1.14-16. 18-21

R.       Te doy gracias, Señor, porque me escuchaste. ¡Den gracias al Señor, porque es bueno, porque es eterno su amor! El Señor es mi fuerza y mi protección; Él fue mi salvación. Un grito de alegría y de victoria resuena en las carpas de los justos.   R «La mano del Señor hace proezas, la mano del Señor es sublime, la mano del Señor hace proezas». El Señor me castigó duramente, pero no me entregó a la muerte.  R. «Abran las puertas de la justicia y entraré para dar gracias al Señor». «Ésta es la puerta del Señor: sólo los justos entran por ella». Yo te doy gracias porque me escuchaste y fuiste mi salvación.   R.

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos 16, 9-15

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Jesús, que había resucitado a la mañana del primer día de la semana, se apareció primero a María Magdalena, aquélla de quien había echado siete demonios. Ella fue a contarlo a los que siempre lo habían acompañado, que estaban afligidos y lloraban. Cuando la oyeron decir que Jesús estaba vivo y que lo había visto, no le creyeron. Después, se mostró con otro aspecto a dos de ellos, que iban caminando hacia un poblado. y ellos fueron a anunciarlo a los demás, pero tampoco les creyeron. En seguida, se apareció a los Once, mientras estaban comiendo, y les reprochó su incredulidad y su obstinación porque no habían creído a quienes lo habían visto resucitado. Entonces les dijo: «Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia a toda la creación». Palabra del Señor. ¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida? El Evangelio de hoy es un resumen de los relatos con los que hemos ido rezando durante toda la semana. Experimentar la presenc

Solemnidad de Pentecostés y Fiesta del Rocío

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La Defensa de la Vida

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San Egesipo

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Actualmente se considera a San Hegesipo como el padre de la Historia de la Iglesia. Era judío de nacimiento y pertenecía a la Iglesia de Jerusalén. En Roma paso casi 20 años, desde el pontificado de San Aniceto hasta el de San Eleuterio. El año 177 volvió al oriente, donde murió ya muy anciano, probablemente en Jerusalén. La tradición indica que en el curso de sus viajes visitó los principales centros cristianos del occidente y del oriente e hizo notar con gran satisfacción que todas las herejías provenían de individuos, pero que ninguna de las Iglesias ni sedes episcopales habían caído en el error; en todas partes había encontrado la unidad de la fe tal como lo había querido Cristo. Desgraciadamente, solo se conservan unos cuantos capítulos de los cinco libros de la Historia de la Iglesia que escribió y que comprendían desde la Pasión del Señor hasta la época del autor.

Lectura de los Hechos de los Apóstoles 4, 1-12

Mientras los Apóstoles hablaban al pueblo, se presentaron ante ellos los sacerdotes, el jefe de los guardias del Templo y los saduceos, irritados de que predicaran y anunciaran al pueblo la resurrección de los muertos cumplida en la persona de Jesús. Éstos detuvieron a los Apóstoles y los encarcelaron hasta el día siguiente, porque ya era tarde. Muchos de los que habían escuchado la Palabra abrazaron la fe, y así el número de creyentes, contando sólo los hombres, se elevó a unos cinco mil. Al día siguiente, se reunieron en Jerusalén los jefes de los judíos, los ancianos y los escribas, con Anás, el Sumo Sacerdote, Caifás, Juan, Alejandro y todos los miembros de las familias de los sumos sacerdotes. Hicieron comparecer a los Apóstoles y los interrogaron: «¿Con qué poder o en nombre de quién ustedes hicieron eso?» Pedro, lleno del Espíritu Santo, dijo: «Jefes del pueblo y ancianos, ya que hoy se nos pide cuenta del bien que hicimos a un enfermo y de cómo fue sanado, sepan uste

SALMO RESPONSORIAL 117, 1-2. 4. 22-27a

R.       ¡Den gracias al Señor, porque es bueno,          porque es eterno su amor! Que lo diga el pueblo de Israel: ¡es eterno su amor! Que lo digan los que temen al Señor: ¡es eterno su amor!  R. La piedra que desecharon los constructores es ahora la piedra angular. Esto ha sido hecho por el Señor y es admirable a nuestros ojos. Éste es el día que hizo el Señor: alegrémonos y regocijémonos en él.   R. Sálvanos, Señor, asegúranos la prosperidad. ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! Nosotros los bendecimos desde la Casa del Señor: el Señor es Dios, y Él nos ilumina.   R.

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 21, 1-14

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Jesús se apareció otra vez a los discípulos a orillas del mar de Tiberíades. Sucedió así: estaban juntos Simón Pedro, Tomás, llamado el Mellizo, Natanael, el de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo y otros dos discípulos. Simón Pedro les dijo: «Voy a pescar». Ellos le respondieron: «Vamos también nosotros». Salieron y subieron a la barca. Pero esa noche no pescaron nada. Al amanecer, Jesús estaba en la orilla, aunque los discípulos no sabían que era Él. Jesús les dijo: «Muchachos, ¿tienen algo para comer?» Ellos respondieron: «No». Él les dijo: «Tiren la red a la derecha de la barca y encontrarán». Ellos la tiraron y se llenó tanto de peces que no podían arrastrarla. El discípulo al que Jesús amaba dijo a Pedro: «¡Es el Señor! » Cuando Simón Pedro oyó que era el Señor, se ciñó la túnica, que era lo único que llevaba puesto, y se tiró al agua. Los otros discípulos fueron en la barca, arrastrando la red con los peces, porque estaban sólo a unos cien metros de la ori

San Vicente Ferrer

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Se hizo religioso en la Comunidad de los Padres Dominicos y, por su gran inteligencia, a los 21 años ya era profesor de filosofía en la universidad. Durante su juventud el demonio lo asaltó con violentas tentaciones y, además, como era extraordinariamente bien parecido, varias mujeres de dudosa conducta se enamoraron de él y como no les hizo caso a sus zalamerías, le inventaron terribles calumnias contra su buena fama. Todo esto lo fue haciendo fuerte para soportar las pruebas que le iban a llegar después. Siendo un simple diácono lo enviaron a predicar a Barcelona. La ciudad estaba pasando por un período de hambre y los barcos portadores de alimentos no llegaban. Entonces Vicente en un sermón anunció una tarde que esa misma noche llegarían los barcos con los alimentos tan deseados. Al volver a su convento, el superior lo regañó por dedicarse a hacer profecías de cosas que él no podía estar seguro de que iban a suceder. Pero esa noche llegaron los barcos, y al día siguiente el p

Lectura de los Hechos de los Apóstoles 3, 11-26

Como el paralítico que había sido sanado no soltaba a Pedro y a Juan, todo el pueblo, lleno de asombro, corrió hacia ellos, que estaban en el pórtico de Salomón. Al ver esto, Pedro dijo al pueblo: «Israelitas, ¿de qué se asombran? ¿Por qué nos miran así, como si fuera por nuestro poder o por nuestra santidad, que hemos hecho caminar a este hombre? El Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob, el Dios de nuestros padres, glorificó a su servidor Jesús, a quien ustedes entregaron, renegando de Él delante de Pilato, cuando éste había resuelto ponerlo en libertad. Ustedes renegaron del Santo y del Justo, y pidiendo como una gracia la liberación de un homicida, mataron al autor de la vida. Pero Dios lo resucitó de entre los muertos, de lo cual nosotros somos testigos. Por haber creído en su Nombre, ese mismo Nombre ha devuelto la fuerza al que ustedes ven y conocen. Esta fe que proviene de Él, es la que lo ha sanado completamente, como ustedes pueden comprobar. Ahora bien

SALMO RESPONSORIAL 8, 2a. 5-9

R.       ¡Señor, nuestro Dios, qué admirable es tu Nombre!         en toda la tierra! Al ver el cielo, obra de tus manos, la luna y las estrellas que has creado: ¿qué es el hombre para que pienses en él, el ser humano para que lo cuides?  R. Lo hiciste poco inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y esplendor; le diste dominio sobre la obra de tus manos, todo lo pusiste bajo sus pies.   R. Todos los rebaños y ganados, y hasta los animales salvajes; las aves del cielo, los peces del mar y cuanto surca los senderos de las aguas.   R.

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 24, 35-48

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Los discípulos, que retornaron de Emaús a Jerusalén, contaron lo que les había pasado en el camino y cómo habían reconocido a Jesús al partir el pan. Todavía estaban hablando de esto, cuando Jesús se apareció en medio de ellos y les dijo: «La paz esté con ustedes». Atónitos y llenos de temor, creían ver un espíritu, pero Jesús les preguntó: «¿Por qué están turbados y se les presentan esas dudas? Miren mis manos y mis pies, soy yo mismo. Tóquenme y vean. Un espíritu no tiene carne ni huesos, como ven que yo tengo». Y diciendo esto, les mostró sus manos y sus pies. Era tal la alegría y la admiración de los discípulos, que se resistían a creer. Pero Jesús les preguntó: «¿Tienen aquí algo para comer?» Ellos le presentaron un trozo de pescado asado; Él lo tomó y lo comió delante de todos. Después les dijo: «Cuando todavía estaba con ustedes, Yo les decía: Es necesario que se cumpla todo lo que está escrito de mí en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos». Entonce

¡Qué gran noticia, Señor!

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Que, el hombre, ya no conocerá la muerte para siempre. Que, el pecado, ha sido con creces perdonado. Que, la vida, vence sobre el horizonte oscuro. Que, la luz, brillará –en un futuro– permanentemente. ¡Qué gran noticia, Señor! Bajaste al sepulcro y, al tercer día, regresaste. Bajaste al sepulcro sólo, y subes con vida para todos. Bajaste al sepulcro muerto, y regresas con una vida resucitada ¡Qué gran noticia, Señor! Estábamos con grilletes esclavos de la muerte, y ahora libres. Estábamos preocupados por la noche oscura, y ahora cantamos a pleno día. Estábamos llenos de dudas, y el sepulcro abierto nos da una certeza: ¡Vives! ¡Qué gran noticia, Señor! Te sentimos vivo, operante, activo y presente. Te sentimos cercano en el amor, y alentando nuestra esperanza. Te sentimos dándonos impulso y calor, para ser hombres nuevos. Te sentimos soplando las brasas de nuestra Fe, para que nunca se apague. ¡Qué gran noticia, Señor!

Lectura de los Hechos de los Apóstoles 3, 1-10

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En una ocasión, Pedro y Juan subían al Templo para la oración de la tarde. Allí encontraron a un paralítico de nacimiento, que ponían diariamente junto a la puerta del Templo llamada «la Hermosa», para pedir limosna a los que entraban. Cuando él vio a Pedro y a Juan entrar en el Templo, les pidió una limosna. Entonces Pedro, fijando la mirada en él, lo mismo que Juan, le dijo: «Míranos». El hombre los miró fijamente esperando que le dieran algo. Pedro le dijo: «No tengo plata ni oro, pero te doy lo que tengo: en el Nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y camina». Y tomándolo de la mano derecha, lo levantó; de inmediato, se le fortalecieron los pies y los tobillos. Dando un salto, se puso de pie y comenzó a caminar; y entró con ellos en el Templo, caminando, saltando y glorificando a Dios. Toda la gente lo vio caminar y alabar a Dios. Reconocieron que era el mendigo que pedía limosna sentado a la puerta del Templo llamada «la Hermosa», y quedaron asombrados y llenos de

SALMO RESPONSORIAL 104, 1-4. 6-9

R.       Alégrense los que buscan al Señor ¡Den gracias al Señor, invoquen su Nombre, hagan conocer entre los pueblos sus proezas; canten al Señor con instrumentos musicales, pregonen todas sus maravillas!  R. ¡Gloríense en su santo Nombre, alégrense los que buscan al Señor! ¡Recurran al Señor y a su poder, busquen constantemente su rostro!   R. Descendientes de Abraham, su servidor, hijos de Jacob, su elegido: el Señor es nuestro Dios, en toda la tierra rigen sus decretos.   R. Él se acuerda eternamente de su alianza, de la palabra que dio por mil generaciones, del pacto que selló con Abraham, del juramento que hizo a Isaac.   R.