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Mostrando entradas de enero 28, 2018

San Blas – Patrono de la garganta

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Cada 3 de febreo celebramos la vida de San Blás, conocido también como Blasius. Es patrono de las enfermedades de la garganta y laringólogos. San Blas fue médico y obispo de Sebaste, Armenia. Hizo vida eremítica en una cueva del Monte Argeus.  E ra conocido por su don de curación milagrosa. Salvó la vida de un niño que se ahogaba al trabársele en la garganta una espina de pescado. Este es el origen de la costumbre de bendecir las gargantas el día de su fiesta. Según una leyenda, se le acercaban también animales enfermos para que les curase, pero no le molestaban en su tiempo de oración. Cuando la persecución de Agrícola, gobernador de Cappadocia, contra los cristianos llegó a Sebaste, sus cazadores fueron a buscar animales para los juegos de la arena en el bosque de Argeus y encontraron muchos de ellos esperando fuera de la cueva de San Blas. Allí encontraron a San Blas en oración y lo arrestaron. Agrícola trató sin éxito de hacerle apostatar. En la prisión, San Blas sanó a al

Lectura del primer libro de los Reyes 3, 4-13

El rey Salomón fue a Gabaón para ofrecer sacrificios allí, porque ése era el principal lugar alto. Sobre ese altar, Salomón ofreció mil holocaustos. En Gabaón, el Señor se apareció a Salomón en un sueño, durante la noche. Dios le dijo: «Pídeme lo que quieras». Salomón respondió: «Tú has tratado a tu servidor David, mi padre, con gran fidelidad, porque él caminó en tu presencia con lealtad, con justicia y rectitud de corazón; Tú le has atestiguado esta gran fidelidad, dándole un hijo que hoy está sentado en su trono. Y ahora, Señor, Dios mío, has hecho reinar a tu servidor en lugar de mi padre David, a mí, que soy apenas un muchacho y no sé valerme por mí mismo. Tu servidor está en medio de tu pueblo, el que Tú has elegido, un pueblo tan numeroso que no se puede contar ni calcular. Concede entonces a tu servidor un corazón comprensivo, para juzgar a tu pueblo, para discernir entre el bien y el mal. De lo contrario, ¿quién sería capaz de juzgar a un pueblo tan grande como el t

SALMO RESPONSORIAL 118, 9-14

R.      ¡Enséñame, Señor, tus preceptos! ¿Cómo un joven llevará una vida honesta? Cumpliendo tus palabras. Yo te busco de todo corazón: no permitas que me aparte de tus mandamientos.   R. Conservo tu palabra en mi corazón, para no pecar contra ti. Tú eres bendito, Señor: enséñame tus preceptos.  R. Yo proclamo con mis labios todos los juicios de tu boca. Me alegro de cumplir tus prescripciones, más que de todas las riquezas.   R.

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos 6, 30-34

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Al regresar de su misión, los Apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Él les dijo: «Vengan ustedes solos a un lugar desierto, para descansar un poco». Porque era tanta la gente que iba y venía, que no tenían tiempo ni para comer. Entonces se fueron solos en la barca a un lugar desierto. Al verlos partir, muchos los reconocieron, y de todas las ciudades acudieron por tierra a aquel lugar y llegaron antes que ellos.  y se compadeció de ella, porque eran como ovejas sin pastor, y estuvo enseñándoles largo rato. Palabra del Señor. ¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida? El detalle de convivencia entre el Señor y los discípulos de este evangelio puede servirnos para nuestra propia relación con Cristo: Reunidos con Él, le contaban lo que habían hecho y descansaban pacíficamente. Los momentos de oración pueden ser también momentos de reposo con el Señor, de trato amistoso con él, como

Presentación del Señor

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A esta fiesta la solíamos llamar antiguamente -quiero decir, antes del Concilio- la Candelaria o Fiesta de la Purificación de la Virgen. Venía considerada como una de las fiestas importantes de Nuestra Señora. Lo más llamativo era la procesión de las candelas. De ahí el nombre de . Era una procesión clásica, tradicional, atestiguada ya en antiguos documentos romanos. En concreto, el Liber Pontificalis nos asegura que fue el Papa Sergio I, a finales del siglo VII, quien dispuso que se solemnizaran con una procesión las cuatro fiestas marianas más significativas por su antigüedad: la Asunción, la Anunciación, la Natividad y, por supuesto, la Purificación. Éste sería seguramente el origen de la procesión de las candelas. Esta fiesta había sido importada de Oriente. Su nombre original -hypapante-, de origen griego, así lo indica. Esa palabra, que significa , nos desvela el sentido original de esa fiesta: es la celebración del encuentro con el Señor, de su presentación en el templo y de

Lectura de la profecía de Malaquías 3, 1-4

Así habla el Señor Dios: Yo envío a mi mensajero, para que prepare el camino delante de mí. Y en seguida entrará en su Templo el Señor que ustedes buscan; y el Ángel de la alianza que ustedes desean ya viene, dice el Señor de los ejércitos. ¿Quién podrá soportar el Día de su venida? ¿Quién permanecerá de pie cuando aparezca? Porque Él es como el fuego del fundidor y como la lejía de los lavanderos. Él se sentará para fundir y purificar: purificará a los hijos de Leví y los depurará como al oro y la plata; y ellos serán para el Señor los que presentan la ofrenda conforme a la justicia. La ofrenda de Judá y de Jerusalén será agradable al Señor, como en los tiempos pasados, como en los primeros años. Palabra de Dios. Malaquías nos hace la presentación de alguien que entra en el santuario del Señor: el mensajero de la alianza. Éste es el buscado y el esperado y, ahora, sólo tenemos que mirarlo. Sin embargo, Malaquías nos lanza dos preguntas qu

SALMO RESPONSORIAL 23, 7-10

R.       El Rey de la gloria es el Señor de los ejércitos. ¡Puertas, levanten sus dinteles, levántense, puertas eternas, para que entre el Rey de la gloria!   R. ¿Y quién es ese Rey de la gloria? Es el Señor, el fuerte, el poderoso, el Señor poderoso en los combates.   R. ¡Puertas, levanten sus dinteles, levántense, puertas eternas, para que entre el Rey de la gloria!   R. ¿Y quién es ese Rey de la gloria? El Rey de la gloria Es el Señor de los ejércitos.   R.

Lectura de la carta a los Hebreos 2, 14-18

Hermanos: Ya que los hijos tienen una misma sangre y una misma carne, Jesús también debía participar de esa condición, para reducir a la impotencia, mediante su muerte, a aquél que tenía el dominio de la muerte, es decir, al demonio, y liberar de este modo a todos los que vivían completamente esclavizados por el temor de la muerte. Porque Él no vino para socorrer a los ángeles, sino a los descendientes de Abraham. En consecuencia, debió hacerse semejante en todo a sus hermanos, para llegar a ser un Sumo Sacerdote misericordioso y fiel en el servicio de Dios, a fin de expiar los pecados del pueblo. Y por haber experimentado personalmente la prueba y el sufrimiento, Él puede ayudar a aquéllos que están sometidos a la prueba. Palabra de Dios. "El Señor por medio del autor de la carta a los Hebreos nos hace entender cuál es el proyecto de hombre perfecto en la mente divina: El que es fiel a su voluntad hasta el final y deja a un lado sus rebeldías. Jesucristo, e

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 2, 22-40

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Cuando llegó el día fijado por la Ley de Moisés para la purificación de ellos, llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor, como está escrito en la Ley: «Todo varón primogénito será consagrado al Señor». También debían ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o de pichones de paloma, como ordena la Ley del Señor. Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, que era justo y piadoso, y esperaba el consuelo de Israel. El Espíritu Santo estaba en él y le había revelado que no moriría antes de ver al Mesías del Señor. Conducido por el mismo Espíritu, fue al Templo, y cuando los padres de Jesús llevaron al niño para cumplir con él las prescripciones de la Ley, Simeón lo tomó en sus brazos y alabó a Dios, diciendo: «Ahora, Señor, puedes dejar que tu servidor muera en paz, como lo has prometido, porque mis ojos han visto la salvación que preparaste delante de todos los pueblos: luz para iluminar a las naciones paganas y gloria de tu pueblo Israel».

Lectura del primer libro de los Reyes 2, 1-4. 10-12

Estando ya próximo a su muerte, David hizo estas recomendaciones a su hijo Salomón: «Yo me voy por el camino de todo el mundo. Sé fuerte y compórtate como un hombre. Observa las prescripciones del Señor, tu Dios, siguiendo sus caminos, observando sus preceptos, sus mandamientos, sus leyes y sus instrucciones, según lo que está escrito en la Ley de Moisés. Así prosperarás en todo lo que hagas y en todo lo que emprendas, y el Señor mantendrá esta palabra que me ha dicho: "Si tus hijos vigilan su conducta, caminando delante de mí con fidelidad, de todo corazón y con toda su alma, nunca te faltará un descendiente en el trono de Israel"». David se fue a descansar con sus padres, y lo enterraron en la Ciudad de David. Cuarenta años duró su reinado sobre Israel: reinó siete años en Hebrón y treinta y tres en Jerusalén. Salomón se sentó en el trono de su padre David, y su realeza quedó firmemente afianzada. Palabra de Dios. Los consejos de David a su hijo no fueron

SALMO RESPONSORIAL 1 Crón 29, 10-11ab. 11d-12d

R.       ¡Bendito sea el Señor, nuestro Dios! ¡Bendito seas, Señor, Dios de nuestro padre Israel, desde siempre y para siempre!   R. Tuya, Señor, es la grandeza, la fuerza, la gloria, el esplendor y la majestad; porque a ti pertenece todo lo que hay en el cielo y en la tierra.   R. Tuyo, Señor, es el reino; Tú te elevas por encima de todo. De ti proceden la riqueza y la gloria.  R. Porque Tú, Señor, lo gobiernas todo, en tu mano están el poder y la fuerza, y es tu mano la que engrandece y afianza todas las cosas.   R.

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos 6, 7-13

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Jesús llamó a los Doce y los envió de dos en dos, dándoles poder sobre los espíritus impuros. Y les ordenó que no llevaran para el camino más que un bastón; ni pan, ni provisiones, ni dinero; que fueran calzados con sandalias y que no tuvieran dos túnicas. Les dijo: «Permanezcan en la casa donde les den alojamiento hasta el momento de partir. Si no los reciben en un lugar y la gente no los escucha, al salir de allí, sacudan hasta el polvo de sus pies, en testimonio contra ellos». Entonces fueron a predicar, exhortando a la conversión; expulsaron a muchos demonios y sanaron a numerosos enfermos, ungiéndolos con óleo. Palabra del Señor. ¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida? Los fue enviando. Poco a poco, pero a todos, Dios nos llama. Nos agrupa en torno al amor de Dios y al amor mutuo. Y enseguida, nos envía a todos: sacerdotes, religiosos y laicos. La misión es parte esencial de nuestra pertenencia a la Iglesia. De dos

San Raul, Santa Emma y Santa Alicia

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San Raúl Fue un monje muy fervoroso enviado por  San Bernardo  en el año 1132 a fundar el famoso monasterio del Valle de las Celdas, al norte de Francia, en Cambray. Allí estuvo de superior por veinte años y con sus monjes se dedicó a la oración, a la lectura de los libros sagrados y a enseñar a los campesinos a cultivar técnicamente los campos. Recomendaba que las oraciones que más debemos repetir cada día son: Miserere: o sea Señor ten piedad, perdón Señor que soy un pecador. Y Aleluya, Tedeum: o sea: Gracias a Dios. Bendito sea Dios. Santa Emma, de Inglaterra.  Santa Emma era esposa de Ricardo "Sin miedo", jefe de Normandía. Fue  madre del rey San Eduardo, al cual supo formar muy bien en cuanto a creencias religiosas y moralidad. Santa Emma fue sumamente generosa en repartir ayudas a los pobres. De ella pudo decir su santo hijo: "La única tristeza que nos produjo en toda su vida, fue haberse muerto". Por muchos siglos se ha conservado intacta

San Juan Bosco

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Nació el 16 de agosto de 1815 en Castelnuovo de Asti, y recibió de su madre Margarita Occhiena una sólida educación cristiana y humana. Dotado de inteligencia, memoria, voluntad y agilidad física no comunes, desde niño fue seguido por sus coetáneos, a quienes organizaba juegos que interrumpía al toque de las campanas para llevarlos a la iglesia. Fue ordenado sacerdote en Turín en 1841, y allí comenzó su actividad pastoral con San José Cafasso. Su programa, o mejor, su pasión era la educación de los jóvenes, los más pobres y abandonados. Reunió un grupito que llevaba a jugar, a rezar y a menudo a comer con él. La incómoda y rumorosa compañía de Don Bosco (así se lo llamaba y se lo llama familiarmente) tenía que estar cambiando de lugar continuamente hasta que por fin encontró un lugar fijo bajo el cobertizo Pinardi, que fue la primera célula del Oratorio. Con la ayuda de mamá Margarita, sin medios materiales y entre la persistente hostilidad de muchos, Don Bosco dio vida al Oratorio d

Lectura del segundo libro de Samuel 24, 2. 9-17

El rey dijo a Joab, el jefe del ejército, que estaba con él: «Recorre todas las tribus de Israel, desde Dan hasta Berseba y hagan el censo del pueblo, para que yo sepa el número de la población». Joab presentó al rey las cifras del censo de la población, y resultó que en Israel había ochocientos mil hombres aptos para el servicio militar, y en Judá, quinientos mil. Pero, después de esto, David sintió remordimiento de haber hecho el recuento de la población, y dijo al Señor: «He pecado gravemente al obrar así. Dígnate ahora, Señor, borrar la falta de tu servidor, porque me he comportado como un necio». A la mañana siguiente, cuando David se levantó, la palabra del Señor había llegado al profeta Gad, el vidente de David, en estos términos: «Ve a decir a David: Así habla el Señor: Te propongo tres cosas. Elige una, y yo la llevaré a cabo». Gad se presentó a David y le llevó la noticia, diciendo: «¿Qué prefieres: soportar tres años de hambre en tu país, o huir tres meses ant

SALMO RESPONSORIAL 31, 1-2. 5. 6. 7

R.      ¡Perdona, Señor, mi culpa y mi pecado! ¡Feliz el que ha sido absuelto de su pecado y liberado de su falta! ¡Feliz el hombre a quien el Señor no le tiene en cuenta las culpas, y en cuyo espíritu no hay doblez!  R. Yo reconocí mi pecado, no te escondí mi culpa, pensando: «Confesaré mis faltas al Señor». ¡Y Tú perdonaste mi culpa y mi pecado!  R. Por eso, que todos tus fieles te supliquen en el momento de la angustia; y cuando irrumpan las aguas caudalosas no llegarán hasta ellos.   R. Tú eres mi refugio, Tú me libras de los peligros y me colmas con la alegría de la salvación.   R.