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Mostrando entradas de marzo 5, 2023

Los cinco minutos del Espíritu Santo

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  Es maravilloso pensar que el corazón humano del Señor Jesús está lleno, repleto de la luz, del fuego, del agua del Espíritu Santo. Y de ese Corazón sagrado, abierto por la lanza, brota para nosotros el manantial sublime del Espíritu. Si leemos el Evangelio de Juan, allí nos encontramos a Cristo prometiendo saciar nuestra sed con el agua del Espíritu que brota de su ser (Jn 7, 37-39). Y luego, en la cruz, vemos que es el costado herido del Señor la fuente del agua viva (Jn 19, 34). Pero a la vez, el Espíritu que brota de ese Corazón, nos envuelve y nos hace entrar en el misterio de amor de ese Corazón que quema. San Buenaventura lo expresaba con intensa belleza: “ Tu corazón fue herido Señor, para que tuviéramos una entrada libre... Y fue herido también para que por esa llaga visible pudiéramos ver la herida invisible del amor. Porque quien arde de amor, de amor está herido...   Abracémonos a nuestro amado... Roguémosle que encienda nuestro corazón y lo ate con los dulces lazos de su

Lecturas de hoy / sábado de la segunda semana de Cuaresma

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  Lectura de la profecía de Miqueas   7, 14-15. 18-20   Apacienta con tu cayado a tu pueblo, al rebaño de tu herencia, al que vive solitario en un bosque, en medio de un vergel. ¡Que sean apacentados en Basán y en Galaad, como en los tiempos antiguos! Como en los días en que salías de Egipto, muéstranos tus maravillas.   ¿Qué dios es como Tú, que perdonas la falta y pasas por alto la rebeldía del resto de tu herencia? Él no mantiene su ira para siempre, porque ama la fidelidad. Él volverá a compadecerse de nosotros y pisoteará nuestras faltas. Tú arrojarás en lo más profundo del mar todos nuestros pecados. Manifestarás tu lealtad a Jacob y tu fidelidad a Abraham, como lo juraste a nuestros padres desde los tiempos remotos.   Palabra de Dios.   El pueblo, vuelto del destierro, se siente en apuros, y la nostalgia de los fértiles pastos de Transjordania arranca una lamentación como una elegía fúnebre: ¡que el Señor vuelva a renovar los prodigios del Éxodo! Pero aparece el protagonista. El

Los cinco minutos del Espíritu Santo

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  Podemos decir que en la Revelación de las riquezas de Cristo hay una plenitud infinitamente más grande que los conceptos y esquemas de todos los teólogos y que la conciencia cristiana de cualquier época; sin embargo el Espíritu tiene la función de administrar y desplegar cada vez más esa plenitud del Resucitado. En este sentido, la Iglesia está llamada a acoger las novedades con las que el Espíritu la impulsa a un futuro más rico. Pero para ello debe asumir una actitud de pobreza receptiva, más que una actitud de ostentación, por más que se sepa administradora de un depósito recibido de Cristo. Lo que cuentan los Evangelios no abarca todo lo que dijo al hombre el Misterio insondable del Verbo encarnado, ya que él se reveló con miles de gestos y palabras que no han podido ser recogidos por escrito (Juan 21,25), aunque en el Evangelio escrito se diga lo esencial. Además, hay cosas no dichas por Cristo, porque los discípulos "no podían con ellas" (Juan 16,12-13), pero que se e

Lecturas de hoy / Segunda semana de Cuaresma

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  Lectura del libro del Génesis 37, 3-4. 12-13a. 17b-28   Israel amaba a José más que a ningún otro de sus hijos, porque era el hijo de su vejez, y le mandó hacer una túnica de mangas largas. Pero sus hermanos, al ver que lo amaba más que a ellos, le tomaron tal odio que ni siquiera podían dirigirle el saludo. Un día, sus hermanos habían ido hasta Siquém para apacentar el rebaño de su padre. Entonces Israel dijo a José: «Tus hermanos están con el rebaño en Siquém. Quiero que vayas a verlos». José fue entonces en busca de sus hermanos, y los encontró en Dotán. Ellos lo divisaron desde lejos, y antes que se acercara, ya se habían confabulado para darle muerte. «Ahí viene ese soñador», se dijeron unos a otros. «¿Por qué no lo matamos y lo arrojamos en una de esas cisternas? Después diremos que lo devoró una fiera. ¡Veremos entonces en qué terminan sus sueños!» Pero Rubén, al oír esto, trató de salvarlo diciendo: «No atent arem os contra su vida». Y agregó: «No derramen sangre. Arrójenlo e