Evangelio de hoy / Reflexión de la Palabra
Evangelio según san Lucas 6, 1-5
Un sábado, iba Jesús caminando por medio de un sembrado y sus discípulos arrancaban y comían espigas, frotándolas con las manos. Unos fariseos dijeron: “¿Por qué hacen en sábado lo que no está permitido?”. Respondiendo Jesús, les dijo: “¿No han leído lo que hizo David, cuando él y sus compañeros sintieron hambre? Entró en la casa de Dios, y tomando los panes de la proposición, que solo está permitido comer a los sacerdotes, comió él y dio a los que estaban con él”. Y les decía: “El Hijo del hombre es señor del sábado”.
Palabra del Señor.
“El Hijo del hombre es señor del sábado”
Este pasaje nos invita a mirar más allá de la letra de la ley y descubrir su verdadero espíritu. Los fariseos se aferraban a una interpretación rígida del descanso sabático, olvidando que la ley de Dios no está hecha para oprimir, sino para dar vida. Jesús, con su respuesta, nos recuerda que la necesidad humana está por encima de las normas externas, y que lo esencial es el amor, la misericordia y la dignidad de las personas.
El sábado, para el pueblo de Israel, era un signo de libertad y de descanso en Dios. Pero con el tiempo, esa práctica se llenó de cargas y prohibiciones. Jesús viene a devolverle su sentido original: no se trata de cumplir por cumplir, sino de vivir en comunión con Dios y con los hermanos.
También nosotros corremos el riesgo de caer en una fe reducida a normas, olvidando que en el centro está la persona. Cristo nos recuerda que la verdadera religión no consiste en cumplir ritos vacíos, sino en abrir el corazón a la vida que Dios regala.
✅ Clave para nuestra vida: Jesús es “Señor del sábado”, es decir, dueño del tiempo, de la historia y de nuestra vida. Dejemos que Él nos enseñe a ordenar nuestras prioridades: primero la persona, después la norma. Primero la vida, después la costumbre.

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