SOLEMNIDAD DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD




Lectura del libro del Éxodo
34, 4b-6. 8-9

En aquellos días:
Moisés subió a la montaña del Sinaí, como el Señor se lo había ordenado, llevando las dos tablas en sus manos.
El Señor descendió en la nube, y permaneció allí, junto a él. Moisés invocó el Nombre del Señor. El Señor pasó delante de él y exclamó: «El Señor es un Dios compasivo y bondadoso, lento para enojarse, y pródigo en amor y fidelidad».
Moisés cayó de rodillas y se postró, diciendo: «Si realmente me has brindado tu amistad, dígnate, Señor, ir en medio de nosotros. Es verdad que éste es un pueblo obstinado, pero perdona nuestra culpa y nuestro pecado, y conviértenos en tu herencia».

Palabra de Dios.


Dios es admirable en sí mismo y en la obra de la creación, admirable en su trascendencia y, a la vez, cercano a la historia del pueblo de Israel, de la Iglesia y de cada uno de nosotros. Las lecturas bíblicas, nos presentan a un Dios personal, cálido, cercano y salvador. Un Dios que se define no a partir de ideas o teorías, sino de acontecimientos y de actuaciones salvadoras. Un Dios que sale al encuentro de Moisés y de su pueblo. Un Dios que se presenta a sí mismo como "compasivo y bondadoso, lento para enojarse y prodigo en amor y fidelidad". Por eso Moisés le pide confiadamente "ven en medio de nosotros", "perdona nuestra culpa", "conviértenos en tu herencia" Después del pecado del pueblo, que se había construido un becerro de oro y le adoraba, Dios, llevado de ese amor y esa capacidad de perdón y clemencia, renueva con él la Alianza. Aquí y en otros muchos pasajes se puede ver cómo Dios ya en el AT es un Dios cercano, lleno de amor a su pueblo.


SALMO RESPONSORIAL                                                             

R.    A ti, eternamente, gloria y honor.

Bendito seas, Señor, Dios de nuestros padres,
alabado y exaltado eternamente.
Bendito sea tu santo y glorioso Nombre,
alabado y exaltado eternamente.  R.

Bendito seas en el Templo de tu santa gloria,
aclamado y glorificado eternamente por encima de todo.
Bendito seas en el trono de tu reino,
aclamado por encima de todo y exaltado eternamente.  R.

Bendito seas Tú, que sondeas los abismos
y te sientas sobre los querubines,
alabado y exaltado eternamente por encima de todo.
Bendito seas en el firmamento del cielo,
aclamado y glorificado eternamente.  R.





Lectura de la segunda carta del Apóstol san Pablo
a los cristianos de Corinto
13, 11-13

Hermanos:
Alégrense, trabajen para alcanzar la perfección, anímense unos a otros, vivan en armonía y en paz. Y entonces, el Dios del amor y de la paz permanecerá con ustedes.
Salúdense mutuamente con el beso santo: Todos los hermanos les envían saludos.
La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo permanezcan con todos ustedes.

Palabra de Dios.


Para san Pablo, en esta su carta a los Romanos, su esperanza era fruto de la certeza que él siempre tuvo desde que se convirtió, en el amor del Padre. El Dios Amor cuando resucitó a su Hijo nos libró a nosotros de las penas del pecado y nos dio el Espíritu Santo. Nosotros, como cristianos, cuando decimos esperanza, decimos amor de Dios y certeza de nuestra salvación. Por eso, debemos vivir dando gracias a Dios continuamente porque la esperanza nos salva, en la esperanza cristiana estamos salvados. La esperanza nos salva, porque la esperanza es consecuencia necesaria del amor de Dios. Un cristiano sin esperanza no sería cristiano, porque sería un cristiano sin amor y Dios es Amor.



   Evangelio de nuestro Señor Jesucristo
según san Juan
3, 16-18

Dijo Jesús:
Dios amó tanto al mundo,
que entregó a su Hijo único
para que todo el que cree en Él no muera,
sino que tenga Vida eterna.
Porque Dios no envió a su Hijo
para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por Él.
El que cree en Él, no es condenado;
el que no cree, ya está condenado,
porque no ha creído
en el nombre del Hijo único de Dios.

Palabra del Señor.



Reflexión

Jesús es el Hijo de Dios, el Hijo que se ha hecho humano, pobre, pequeño, vulnerable. para manifestarnos el amor del Padre y la fuerza del Espíritu Santo. Tanto amó Dios al mundo...
            “Gracias Jesús por revelarnos el corazón amoroso del Padre,
              gracias porque Tú nos has mostrado el camino de la vida,
              gracias por ofrecerlos tu misma fuerza, tu mismo Espíritu”

Jesús nos ha descubierto que Dios no es en sí mismo un ser solitario, individualista... Dios es familia, es comunidad, es Trinidad.
            “Perdona y cura nuestras actitudes individualistas, egoístas”
            “Ayúdanos a aportar lo mejor de nosotros mismos
              en nuestra familia, en la parroquia, en la sociedad”

Aunque nunca podremos entender del todo cómo es Dios, sabemos que en la Trinidad las tres personas son distintas, pero tienen la misma dignidad. Son tres personas tan unidas, tan compenetradas, que son un único Dios.
            “Señor, enséñanos a respetar el modo de ser de cada uno,
              a tratar a todas las personas conforme a su dignidad
              y a trabajar por la unidad, por la paz, allá donde vivamos”

La Trinidad es una comunidad abierta. En esta comunidad todos cabemos. Es más: el Padre ha enviado a su Hijo Jesús y al Espíritu para invitarnos a compartir el amor, la alegría, la paz, la comunicación del Dios-Trinidad.
            “Gracias Señor por abrirme las puertas de tu corazón”
            “Ayuda a la Iglesia y a las familias a permanecer abiertas”
            “Danos tu Espíritu para invitar a todos a acercarse a ti”

Comentarios

Entradas populares de este blog

LA NATIVIDAD DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA Fiesta

Feliz Aniversario sacerdotal