DOMINGO 14° DURANTE EL AÑO


 


 

Lectura del libro de Ezequiel

2, 2-5

 

Un espíritu entró en mí y me hizo permanecer de pie, y yo escuché al que me hablaba. Él me dijo:

Hijo de hombre, Yo te envío a los israelitas, a un pueblo de rebeldes que se han rebelado contra mí; ellos y sus padres se han sublevado contra mí hasta el día de hoy. Son hombres obstinados y de corazón endurecido aquellos a los que Yo te envío, para que les digas: «Así habla el Señor». Y sea que escuchen o se nieguen a hacerlo -porque son un pueblo rebelde- sabrán que hay un profeta en medio de ellos.

 

Palabra de Dios.



Vemos el fracaso, la incomprensión y el aislamiento del verdadero profeta. Ezequiel sale en el año 597 de Jerusalén para el destierro en Babilonia. Desterrado entre los desterrados, recibe la misión de sacudir las conciencias de sus compatriotas rebeldes contra Dios. Ezequiel habla de su vocación que incluye una llamada, un acto simbólico y una misión encomendada. Dios le previene de la calidad de aquellos a quienes es enviado: pueblo de dura cerviz. Pero el profeta no debe poner sus ojos en el éxito, sino en la fidelidad en la transmisión del mensaje. Halagar hubiera sido muy fácil, pero decir la verdad lo dejo aislado, en solitario. Es la suerte de todos los profetas. Y es la historia personal de cada uno.


 

 

SALMO RESPONSORIAL                                         122, 1-4

 

R.    Nuestros ojos miran al Señor

       hasta que se apiade de nosotros

 

Levanto mis ojos hacia ti,

que habitas en el cielo.  R.

 

Como los ojos de los servidores

      están fijos en las manos de su señor.

y los ojos de la servidora en las manos de su dueña:

así miran nuestros ojos al Señor, nuestro Dios,

hasta que se apiade de nosotros.  R.

 

¡Ten piedad Señor, ten piedad de nosotros,

porque estamos hartos de desprecios!

Nuestra alma está saturada

      de la burla de los arrogantes

del deprecio de los orgullosos.  R.

 

 

 



 

Lectura de la segunda carta del Apóstol san Pablo

a los cristianos de Corinto

12, 7-10

 

Hermanos:

Para que la grandeza de las revelaciones no me envanezca, tengo una espina clavada en mi carne, un ángel de Satanás que me hiere.

Tres veces pedí al Señor que me librara, pero Él me respondió: «Te basta mi gracia, porque mi poder triunfa en la debilidad».

Más bien, me gloriaré de todo corazón en mi debilidad, para que resida en mí el poder de Cristo. Por eso, me complazco en mis debilidades, en los oprobios, en las privaciones, en las persecuciones y en las angustias soportadas por amor de Cristo; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.

 

Palabra de Dios.

 

 

 



   Evangelio de nuestro Señor Jesucristo

según san Marcos

6, 1-6a

 

Jesús se dirigió a su pueblo, seguido de sus discípulos. Cuando llegó el sábado, comenzó a enseñar en la sinagoga, y la multitud que lo escuchaba estaba asombrada y decía: «¿De dónde saca todo esto? ¿Qué sabiduría es esa que le ha sido dada y esos grandes milagros que se realizan por sus manos? ¿No es acaso el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago, de José, de Judas y de Simón? ¿Y sus hermanas no viven aquí entre nosotros?» y Jesús era para ellos un motivo de escándalo.

Por eso les dijo: «Un profeta es despreciado solamente en su pueblo, en su familia y en su casa». Y no pudo hacer allí ningún milagro, fuera de sanar a unos pocos enfermos, imponiéndoles las manos. Y Él se asombraba de su falta de fe.

 

Palabra del Señor.

 

 

Reflexión


Rechazo de la Palabra de Dios y de Jesús. Va a su tierra y aprovecha la ocasión para hablar en "su" sinagoga. En ella están los hombres religiosos de su pueblo, los hombres que van allí porque quieren saber, porque quieren relacionarse con Dios, porque son practicantes. Cristo habla con un estilo propio y definido que los sorprende y que les molesta. Nada sabemos acerca de lo que Cristo dijo, porque quizá el evangelista quiere que el protagonista de la escena no sea el mensaje, sino el mensajero. Los paisanos de Cristo lo rechazan de plano. Aquel hombre corriente y vulgar, cuyo padre y cuya madre forman parte del común denominador de los mortales del pueblo, él con su carpintería y ella con sus idas a la fuente y sus labores domésticas, ¿cómo puede intentar imponerse a la audiencia?, ¿de dónde le viene la sabiduría?, ¿de dónde ha sacado ese modo directo y agresivo de interpretar las Escrituras?, ¿con qué autoridad les interroga desde sus palabras, creándoles una inquietud que en otras ocasiones, cuando hablan los peritos de la ley y los sacerdotes de siempre, no han experimentado?

 Solo la fe hace posible el milagro. El evangelista dice con toda expresividad que Jesús "no pudo hacer allí ningún milagro". La escena de la sinagoga de Nazaret no es un caso que pasó y no se repite. Es un caso que se está dando constantemente entre nosotros, entre los que nos sentamos en las reuniones "religiosas" y rechazamos rotundamente la persona, cuando no nos place y no cumple los "cánones" de quienes consideramos perfectos y consagrados. El milagro no fue posible en Nazaret. El milagro se encuentra principalmente en la interpretación de un hecho como acción salvadora de Dios. Sin la fe de los testigos de una curación no puede haber milagro. En este caso, los actos de Jesús no fueron "leídos" desde una óptica de fe, y el milagro no fue posible. Todos los defectos que Cristo encontró en los hombres religiosos de su época y que los evangelistas recogieron cuidadosamente para "enseñanza de la posteridad", los hemos copiado fidelidad. Solo la fe hace posible el milagro

 

José María Martín OSA

 

Comentarios

Entradas populares de este blog

LA NATIVIDAD DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA Fiesta

Feliz Aniversario sacerdotal