Evangelio diario /Lunes de la 28° Semana del Tiempo Ordinario




 Evangelio según san Lucas 11, 29-32

En aquel tiempo, la gente se apiñaba alrededor de Jesús, y él se puso a decirles: “Esta generación es una generación perversa. Pide un signo, pero no se le dará más signo que el signo de Jonás. Pues como Jonás fue un signo para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para esta generación. La reina del Sur se levantará en el juicio contra los hombres de esta generación y hará que los condenen, porque ella vino desde los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón. Los hombres de Nínive se alzarán en el juicio contra esta generación y harán que la condenen; porque ellos se convirtieron con la proclamación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás”.

Palabra del Señor.


“Esta es una generación malvada”

1. La búsqueda de señales

El pasaje comienza con una crítica de Jesús a la generación que le rodea: "Esta generación es una generación perversa; pide una señal, pero no se le dará más señal que la de Jonás" (Lucas 11, 29). Las multitudes buscan continuamente pruebas externas para creer en Jesús, pero en lugar de señales espectaculares, Jesús los remite a la "señal de Jonás".

Esta búsqueda de signos y milagros refleja una actitud de incredulidad y falta de fe genuina. A menudo, los seres humanos caen en la tentación de pedir pruebas visibles de la presencia de Dios, esperando que las intervenciones milagrosas los convenzan. Sin embargo, Jesús subraya que los verdaderos signos de la acción divina están en la vida, la enseñanza y el llamado a la conversión que Él mismo ofrece.

2. La señal de Jonás

Jesús menciona que la única señal que se les dará es la de Jonás. Aquí hay una referencia directa al profeta Jonás, quien fue enviado a Nínive para proclamar un mensaje de conversión. Los ninivitas, al escuchar el mensaje de Jonás, respondieron rápidamente, arrepintiéndose de sus malas acciones. De manera similar, Jesús invita a su generación a arrepentirse y cambiar de vida.

La “señal de Jonás” también prefigura la muerte y resurrección de Jesús. Así como Jonás estuvo tres días en el vientre del pez, Jesús estaría tres días en la tumba antes de resucitar. Su resurrección será la señal más grande de todas, la victoria sobre la muerte y la confirmación definitiva de su identidad como el Hijo de Dios.

Este pasaje nos invita a reflexionar sobre nuestra propia apertura al mensaje de Jesús: ¿Estamos dispuestos a convertirnos, a cambiar de vida al escuchar el llamado de Dios, o estamos esperando señales extraordinarias para que nuestra fe se despierte?

3. La Reina del Sur y los hombres de Nínive

Jesús compara a la generación actual con dos figuras del Antiguo Testamento: la Reina del Sur (o Reina de Saba) y los habitantes de Nínive. La Reina del Sur viajó desde muy lejos para escuchar la sabiduría de Salomón, y los ninivitas se arrepintieron ante la predicación de Jonás. Jesús señala que esas personas, que no tenían las mismas oportunidades de revelación, respondieron con fe y conversión, mientras que su generación, a pesar de tener al Hijo de Dios entre ellos, permanecía incrédula.

Con esta comparación, Jesús está afirmando que alguien mucho mayor que Jonás y Salomón está presente, es decir, Él mismo. Sin embargo, la respuesta de su generación es inferior a la de aquellos que tuvieron una revelación menor. Esto es un fuerte llamado de atención: la presencia de Jesús en sus vidas requiere una respuesta más profunda y comprometida.

Para nosotros hoy, este pasaje nos desafía a preguntarnos: ¿Somos capaces de reconocer a Jesús en nuestra vida diaria? ¿Cómo respondemos a su llamada, que es mayor que cualquier otra revelación? ¿Estamos dispuestos a hacer un cambio radical, como los ninivitas, cuando nos enfrentamos con el mensaje de conversión de Cristo?

4. La urgencia de la conversión

Este pasaje subraya una urgencia en la conversión. Jesús, al criticar a su generación por su incredulidad, también está recordando que el tiempo de la gracia está presente y que la respuesta a su llamado no puede esperar. Las palabras de Jesús son una invitación a la conversión hoy, en este mismo momento, porque “algo más grande que Jonás está aquí”.

En un mundo que a menudo busca pruebas y certezas antes de comprometerse a un camino de fe, este mensaje nos invita a no retrasar nuestra decisión. La conversión, el arrepentimiento y la fe no deben depender de señales extraordinarias, sino del reconocimiento de la verdad de Jesús en nuestras vidas cotidianas.

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