Liturgia - Lecturas del día




Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo
a Timoteo
3, 14-16
Querido hijo:
Aunque espero ir a verte pronto, te escribo estas cosas por si me atraso. Así sabrás cómo comportarte en la casa de Dios, es decir, en la Iglesia del Dios viviente, columna y fundamento de la verdad.
En efecto, es realmente grande el misterio de la fe:
Él se manifestó en la carne, fue justificado en el Espíritu,
contemplado por los ángeles, proclamado a los paganos,
creído en el mundo y elevado a la gloria.

Palabra de Dios.


Belleza de mensaje tanto por su sencillez como por su precisa brevedad. Continuador del pueblo elegido de Israel es ahora el Pueblo de Dios que ha sido purificado y dignificado por la entrega servicial de Jesús el Señor. Como creyentes, aunque de fe escasa, decimos que somos de la gran familia de este Dios que se nos da a conocer y disfrutar como Padre. Todo esto es gracias a Jesucristo, la piedra angular de nuestra vida y religión. En su nombre, buscamos el rostro de Dios Padre; nos reunimos en asamblea de hermanos para que él y su Espíritu sean los aglutinantes de nuestras reuniones eclesiales, en su nombre buscamos la verdad, la de su misterio salvador y la de nuestra vida que necesita depositar en el Maestro su mejor sentido. Damos culto a un Dios que plantó su tienda entre nosotros, Cristo Jesús, pasó por nuestra tierra haciendo el bien, el Espíritu lo acreditó como el dador de nueva vida y nos habilita a sus seguidores para predicarlo para que todo viviente sepa en qué consiste la gloria de Dios: en asociar a su causa a todo caminante en esta tierra.  ¡Hermoso recado de Pablo!




SALMO RESPONSORIAL                                         110, 1-6

R.    ¡Grandes son las obras del Señor!

Doy gracias al Señor de todo corazón,
en la reunión y en la asamblea de los justos.
Grandes son las obras del Señor:
los que las aman desean comprenderlas. R.

Su obra es esplendor y majestad,
su justicia permanece para siempre.
Él hizo portentos memorables,
el Señor es bondadoso y compasivo. R.

Proveyó de alimento a sus fieles
y se acuerda eternamente de su alianza.
Manifestó a su pueblo el poder de sus obras,
dándole la herencia de las naciones. R.





    Evangelio de nuestro Señor Jesucristo
según san Lucas
7, 31-35

Dijo el Señor:
¿Con quién puedo comparar a los hombres de esta generación? ¿A quién se parecen? Se parecen a esos muchachos que están sentados en la plaza y se dicen entre ellos:
¡Les tocamos la flauta, y ustedes no bailaron!
¡Entonamos cantos fúnebres, y no lloraron!
Porque llegó Juan el Bautista, que no come pan ni bebe vino, y ustedes dicen: «¡Tiene un demonio!» Llegó el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: «¡Es un glotón y un borracho, amigo de publicanos y pecadores!» Pero la Sabiduría ha sido reconocida como justa por todos sus hijos.

Palabra del Señor.


¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?

Juan y Jesús anuncian la Palabra de Dios, con dos estilos distintos. Juan desde el desierto, Jesús desde las calles, plazas y casas. Juan no participaba en fiestas, Jesús si. Las palabras de Juan eras más ásperas que las de Jesús. Juan es el mayor de los profetas, Jesús es el mismísimo Hijo de Dios. Sin embargo, ni a uno ni a otro escucharon. Decían que Juan tenía un demonio y que Jesús era un comilón y un borracho. A veces somos especialistas es buscar excusas para no escuchar a las personas.
     "Señor, abre mi corazón a la verdad de cada persona"
     "A veces descalifico a las personas sin conocerlas. Perdona"

B. Dios sigue hablando a través de personas, a través de personas amables y bruscas, aburridas y divertidas. desagradables y simpáticas, más buenas y peores, de izquierdas y de derechas, creyentes y no creyentes...
No es fácil descubrir lo que Dios nos dice por medio de las palabras de las personas (a veces contradictorias), pero tenemos que abrir los oídos de par en par a todos y pedir a Dios que nos ayude a escuchar su Palabra en las palabras.
     "Concédeme Señor tu luz para saber escucharte"
     "Dame paciencia y perseverancia cuando no entienda lo que me quieras decir".

Señor, te doy gracias por todas las personas que hoy se encontrarán conmigo, cada una con su forma de pensar, sentir y actuar; todas están creadas a imagen y semejanza tuya, de todas puedo aprender algo bueno, todas me pueden enriquecer. En el fondo, todas son un regalo tuyo.

Sin embargo, a veces estoy cerrado, agrando los defectos de las personas para no aprender de nadie, para no cambiar. Unas me parecen demasiado estrictas, otras muy permisivas, algunas poco modernas, otras demasiado avanzadas. Señor, ayúdame a descubrir el don de todas las personas, a seguir el mensaje que tú me ofreces a través de cada una.

Conviérteme, para ser regalo tuyo para los demás. Amén.

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