DOMINGO 20° DURANTE EL AÑO


 

 

Lectura del libro de Isaías

56, 1. 6-7

 

Así habla el Señor:

Observen el derecho y practiquen la justicia,

porque muy pronto llegará mi salvación

y ya está por revelarse mi justicia.

Y a los hijos de una tierra extranjera

que se han unido al Señor para servirlo,

para amar el nombre del Señor

y para ser sus servidores,

a todos los que observen el sábado sin profanarlo

y se mantengan firmes en mi alianza,

Yo los conduciré hasta mi santa Montaña

y los colmaré de alegría en mi Casa de oración;

sus holocaustos y sus sacrificios

serán aceptados sobre mi altar,

porque mi Casa será llamada

Casa de oración para todos los pueblos.

 

Palabra de Dios.



Se nos recuerda hoy que también con los que no son de "los nuestros" debemos ser acogedores. También los extranjeros tienen derecho a la salvación de Dios. Dios ama a todas sus creaturas, sea cual sea su raza y su condición social. Hace llover sobre justos y pecadores. Es el Padre de todos. Ya en el AT, se anuncia que también los extranjeros pueden agradar a Dios y que serán escuchadas sus oraciones y aceptados sus sacrificios. Poco caso parecen haber hecho los judíos a este pasaje de Isaías: no aparecen universalistas, instintivamente rechazan a los extranjeros. A las primeras generaciones de cristianos les costó convencerse de que la puerta del Reino y de la fe estaba abierta también a los paganos. Todos solemos tener problemas anímicos a la hora de incluir en nuestra esfera de convivencia a gentes de otra cultura o religión o edad, o a los de ideología política distinta. La primera reacción, ante estas personas, es la desconfianza, y las discriminamos fácilmente de mil maneras.



 

 

SALMO RESPONSORIAL                                                    66, 2-3. 5-6. 8

 

R.    ¡Que los pueblos te den gracias, Señor!

 

El Señor tenga piedad y nos bendiga,

haga brillar su rostro sobre nosotros,

para que en la tierra se reconozca su dominio,

y su victoria entre las naciones.  R.

 

Que canten de alegría las naciones,

porque gobiernas a los pueblos con justicia

y guías a las naciones de la tierra.  R.

 

¡Que los pueblos te den gracias, Señor,

que todos los pueblos te den gracias!

Que Dios nos bendiga,

      y lo teman todos los confines de la tierra.  R.

 

 

 


 

Lectura de la carta del Apóstol san Pablo

a los cristianos de Roma

11, 13-15. 29-32

 

Hermanos:

A ustedes, que son de origen pagano, les aseguro que en mi condición de Apóstol de los paganos, hago honor a mi ministerio provocando los celos de mis hermanos de raza, con la esperanza de salvar a algunos de ellos. Porque si la exclusión de Israel trajo consigo la reconciliación del mundo, su reintegración, ¿no será un retorno a la vida? Porque los dones y el llamado de Dios son irrevocables.

En efecto, ustedes antes desobedecieron a Dios, pero ahora, a causa de la desobediencia de ellos, han alcanzado misericordia.

De la misma manera, ahora que ustedes han alcanzado misericordia, ellos se niegan a obedecer a Dios. Pero esto es para que ahora ellos también alcancen misericordia. Porque Dios sometió a todos a la desobediencia, para tener misericordia de todos.

 

Palabra de Dios.



 La teología de San Pablo repite esta idea muchas veces: todos éramos pecadores y Cristo vino a pagar nuestro rescate, el rescate de todos, judíos y gentiles. Todos formamos en Cristo un solo cuerpo, del que debemos sentirnos todos miembros responsables. Si un miembro sufre, es todo el cuerpo el que sufre. Todos somos responsables y corresponsables los unos de los otros. Un cristiano debe sentirse hermano de todos, sin distinción de razas, ni lenguas, hombre o mujer, esclavo o libre. Porque todos somos hijos de un mismo Dios, todos somos hermanos en Cristo y por Cristo.

 

 

 



    Evangelio de nuestro Señor Jesucristo

según san Mateo

15, 21-28

 

Jesús partió de Genesaret y se retiró al país de Tiro y de Sidón. Entonces una mujer cananea, que procedía de esa región, comenzó a gritar: «¡Señor, Hijo de David, ten piedad de mí! Mi hija está terriblemente atormentada por un demonio». Pero El no le respondió nada.

Sus discípulos se acercaron y le pidieron: «Señor, atiéndela, porque nos persigue con sus gritos».

Jesús respondió: «Yo he sido enviado solamente a las ovejas perdidas del pueblo de Israel».

Pero la mujer fue a postrarse ante Él y le dijo: «¡Señor, socórreme!»

Jesús le dijo: «No está bien tomar el pan de los hijos, para tirárselo a los cachorros».

Ella respondió: «¡Y sin embargo, Señor, los cachorros comen las migas que caen de la mesa de sus dueños!»

Entonces Jesús le dijo: «Mujer, ¡qué grande es tu fe! ¡Que se cumpla tu deseo!» y en ese momento su hija quedó sana.

 

Palabra del Señor. 

 

Reflexión


CUANDO LA FE VENCE TODO OBSTÁCULO

Con la oración, Dios, hace que se haga más grande nuestro deseo de anhelar y buscar lo que pretendemos.


1. Cada domingo, la Palabra de Dios va operando en lo más hondo de nuestras entrañas. Puede que, en más de una ocasión, nuestra presencia obedezca más a una obligación que a una necesidad, a un mandamiento más que a un encuentro añorado y apetecido semanalmente. El interior de cada uno, como la tierra misma, se va haciendo más fructífera y más rica, cuando se trabaja.

¡Ya quisiéramos la fe de la mujer cananea! Sabía que, Jesús, podía colmar con creces sus expectativas. Era consciente que, detrás de una oración confiada y continuada, se encontraba la clave de la solución a sus problemas. La grandeza de esta mujer no fue su oportuno encuentro con Jesús. La suerte de esta mujer es que su fe era nítida, inquebrantable, confiada, transparente, lúcida y sencilla. No se dejó vencer ni por el cansancio ni, mucho menos, por el recelo o recelo de los discípulos.

2. A muchos de nosotros, en la coyuntura que nos toca vivir, puede que estemos tan acostumbrados a la acción/respuesta que no demos espacio a que las cosas reposen y se encaucen. Dicho de otra manera; no podemos pretender que nuestra oración alcance la respuesta deseada en el mismo instante en que la realizamos.

--La fe cuando es sólida y verdadera se convierte en una poderosa arma capaz de vencer todo obstáculo.

--La fe cuando es confiada, sabe esperar contra toda esperanza

--La fe cuando es insistente, se convierte en un método que nos hace pacientes y no desesperar.

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