Mensaje Espiritual



 Lectura del libro del Génesis

1, 202, 4a

 

Continuando la creación, Dios dijo: «Que las aguas se llenen de una multitud de seres vivientes y que vuelen pájaros sobre la tierra, por el firmamento del cielo». Dios creó los grandes monstruos marinos, las diversas clases de seres vivientes que llenan las aguas deslizándose en ellas y todas las especies de animales con alas. Y Dios vio que esto era bueno. Entonces los bendijo, diciendo: «Sean fecundos y multiplíquense; llenen las aguas de los mares y que las aves se multipliquen sobre la tierra». Así hubo una tarde y una mañana: éste fue el quinto día.

Dios dijo: «Que la tierra produzca toda clase de seres vivientes: ganado, reptiles y animales salvajes de toda especie». Y así sucedió. Dios hizo las diversas clases de animales del campo, las diversas clases de ganado y todos los reptiles de la tierra, cualquiera sea su especie. Y Dios vio que esto era bueno.

Dios dijo: «Hagamos al hombre a nuestra imagen, según nuestra semejanza; y que le estén sometidos los peces del mar y las aves del cielo, el ganado, las fieras de la tierra, y todos los animales que se arrastran por el suelo».

Y Dios creó al hombre a su imagen;

lo creó a imagen de Dios,

los creó varón y mujer.

Y los bendijo, diciéndoles: «Sean fecundos, multiplíquense, llenen la tierra y sométanla; dominen a los peces del mar, a las aves del cielo y a todos los vivientes que se mueven sobre la tierra». Y continuó diciendo: «Yo les doy todas las plantas que producen semilla sobre la tierra, y todos los árboles que dan frutos con semilla: ellos les servirán de alimento. Y a todas las fieras de la tierra, a todos los pájaros del cielo ya todos los vivientes que se arrastran por el suelo, les doy como alimento el pasto verde». Y así sucedió. Dios miró todo lo que había hecho, y vio que era muy bueno. Así hubo una tarde y una mañana: éste fue el sexto día.

Así fueron terminados el cielo y la tierra, y todos los seres que hay en ellos.

El séptimo día, Dios concluyó la obra que había hecho, y cesó de hacer la obra que había emprendido. Dios bendijo el séptimo día y lo consagró, porque en él cesó de hacer la obra que había creado.

Éste fue el origen del cielo y de la tierra cuando fueron creados.

 

Palabra de Dios.




La imagen y semejanza de Dios en el ser humano es la participación de la inteligencia y de la voluntad del ser divino. Dios es inteligencia siempre entendiendo y voluntad siempre amando. La inteligencia tiene como objeto propio la verdad. Y la voluntad tiene como objeto propio la bondad, el bien. Dios creó al hombre para que viera o entendiera y para que amara y gozara de la verdadera bondad. Sobre todo, para que le conociera y amara a Él, que es la verdad y la bondad, de la que derivan todas las verdades y bondades reales que, lo son, en cuanto están conectadas con Él. Desconectarlas de Dios es profanarlas, quitarles el valor que tienen, destruirlas. De ahí la importancia que tiene el esfuerzo por conocer la verdad verdadera, para amar y gozar de la verdadera bondad.



 

 

SALMO RESPONSORIAL                     8, 4-9

 

R.    ¡Señor, qué admirable es tu Nombre!

 

Al ver el cielo, obra de tus manos,

la luna y las estrellas que has creado:

¿qué es el hombre para que pienses en él,

el ser humano para que lo cuides? R.

 

Lo hiciste poco inferior a los ángeles,

lo coronaste de gloria y esplendor;

le diste dominio sobre la obra de tus manos,

todo lo pusiste bajo sus pies. R.

 

Todos los rebaños y ganados,

y hasta los animales salvajes;

las aves del cielo, los peces del mar

y cuanto surca los senderos de las aguas. R.

 

 

 


 


 

    Evangelio de nuestro Señor Jesucristo

según san Marcos

7, 1-13

 

Los fariseos con algunos escribas llegados de Jerusalén se acercaron a Jesús, y vieron que algunos de sus discípulos comían con las manos impuras, es decir, sin lavar.

Los fariseos, en efecto, y los judíos en general, no comen sin lavarse antes cuidadosamente las manos, siguiendo la tradición de sus antepasados; y al volver del mercado, no comen sin hacer primero las abluciones. Además, hay muchas otras prácticas, a las que están aferrados por tradición, como el lavado de los vasos, de las jarras, de la vajilla de bronce y de las camas.

Entonces los fariseos y los escribas preguntaron a Jesús: «¿Por qué tus discípulos no proceden de acuerdo con la tradición de nuestros antepasados, sino que comen con las manos impuras?»

Él les respondió: «¡Hipócritas! Bien profetizó de ustedes Isaías, en el pasaje de la Escritura que dice:

"Este pueblo me honra con los labios,

pero su corazón está lejos de mí.

En vano me rinde culto:

las doctrinas que enseñan

no son sino preceptos humanos".

Ustedes dejan de lado el mandamiento de Dios, por seguir la tradición de los hombres».

Y les decía: «Por mantenerse fieles a su tradición, ustedes descartan tranquilamente el mandamiento de Dios. Porque Moisés dijo: "Honra a tu padre y a tu madre", y además: "El que maldice a su padre y a su madre será condenado a muerte". En cambio, ustedes afirman: "Si alguien dice a su padre o a su madre: Declaro corbán -es decir, ofrenda sagrada- todo aquello con lo que podría ayudarte..." En ese caso, le permiten no hacer nada más por su padre o por su madre. Así anulan la palabra de Dios por la tradición que ustedes mismos se han transmitido. ¡Y como éstas, hacen muchas otras cosas!»

 

Palabra del Señor.

 

Reflexión


Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Te pido, Señor, que a ejemplo de los santos y mártires, me des la gracia de hacer la experiencia de tu amor para dirigir siempre mi vida hacia ti por encima de las dificultades.


Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

A lo largo de nuestra vida es muy fácil convertir el seguimiento de Jesucristo en una especie de seguimiento «manualístico» …, un seguimiento normativo. Olvidamos que a quién estamos siguiendo es a una Persona…, una Persona real.

Es muy fácil convertirlo en una actividad social o de relajación de conciencia. Vamos a misa simplemente porque es domingo o por una invitación familiar. Seguimos una cierta moral y nos comportamos como debemos de comportarnos simplemente para no desentonar. Evidentemente ir a misa está bien, al igual que comportarnos correctamente; sin embargo, si sólo se hace porque «así lo dicen» o porque «lo tengo que hacer» llegará un día en que nos cansaremos…, nos aburriremos…tiremos el manual a la basura.

Jesús cuando dice «me honran con sus labios, pero su corazón está fuera de mí» lo dice con dolor, con tristeza, lo dice así pues realmente lo siente, ¡Él es una persona realmente! No es una metáfora o una moraleja que nos ayuda a comportarnos; no es el seguimiento de una norma lo que le interesa. Le interesa la razón por la cual vivimos. Jesús quiere que vivamos por una sola razón, pues sabe que esa razón no cansa, no aburre, no la podemos tirar a la basura; quiere que vivamos por Amor.

«El hipócrita que tiene doble cara, es un simulador. Jesús mismo, hablando de estos doctores de la ley, afirma que ellos dicen y no hacen. Y esta es otra forma de hipocresía, es un nominalismo existencial: los que creen que, diciendo las cosas, lo arreglan todo. No, las cosas hay que hacerlas, no sólo decirlas. En cambio el hipócrita es un nominalista, cree que con decir las cosas ya se hace todo. Además el hipócrita es incapaz de acusarse a sí mismo: jamás encuentra una mancha en sí mismo; acusa a los demás. Pensemos en la paja y en la viga: precisamente así podemos describir esta levadura que es la hipocresía».
(Homilía de S.S. Francisco, 14 de octubre de 2016, en santa Marta).

 

 

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