¿Quién viene? ¿Para qué viene?



 

¡Viene el Señor!

Para encontrarse con todos los hombres.

 

¡Viene el Señor!

Para darnos luz y calor

frente a un mundo oscuro y frio.

 

¡Viene el Señor!

Para levantarnos y darnos vida

cuando caemos y nadamos en permanente muerte.

 

¡Viene el Señor!

Para ofrecernos horizontes y futuro

ante una realidad sin sentido y tan vacía.

 

¡Viene el Señor!

Para colmar nuestras aspiraciones e ideales.

Para traernos el amor inmenso que Dios nos tiene.

 

¡Viene el Señor!

Para que seamos valientes y decididos,

y, con su mano,  recuperemos la alegría de vivir.

 

¡Viene el Señor!

Para anunciarnos que Dios es Padre,

que no estamos solos.

 

¡Viene el Señor!

Para ofrecernos paz y verdad.

Para servirnos  y que descubramos

el amor de Dios en el rostro de un Niño.

 

¡Viene el Señor!

Para que esperemos y no desesperemos.

Para que vivamos y no muramos.

Para que caminemos y no nos detengamos.

 

¡Viene el Señor!

Para ti y para mí, por ti por mí.

Por el mundo y para el mundo.

Para todo ser humano que, saltando al camino,

busque y quiera ir más allá de lo efímero.

 

¡Viene el Señor!

Y, porque viene,

no tenemos derecho al desencanto o al pesimismo.

Él nos acompañará y nos salvará,

Iluminará las noches más trágicas de nuestra historia.

 

¡Viene el Señor!

Y, porque viene,

hemos de de situar nuestra vida

con la luz y a la luz de la verdad.

 

¡Viene el Señor!

 

P. Javier Leoz

 

 

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