Los cinco minutos del Espíritu Santo
Me pregunto si de verdad estoy permitiendo que el Espíritu Santo me lleve por un camino de santificación, si realmente he aceptado que la santidad también es para mí, y si he podido descubrir el tipo de santo que el Espíritu Santo quiere hacer de mí. Porque él no destruye mi personalidad, sólo quiere perfeccionarla y liberarla de sus oscuridades. No quiere que yo sea como San Francisco si eso no es lo que me va a hacer feliz. Él ama mi felicidad, y me dará la santidad que me permita ser plenamente feliz, liberado de mis tristezas, miedos, amarguras e insatisfacciones. Pero para eso necesita llegar al fondo, al corazón, y lograr que mis intenciones más profundas sean claras, generosas, sanas y liberadoras. |
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