Evangelio diario
geEvangelio según san Mateo 7, 1-5
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: “No juzguen, para que no sean juzgados. Porque serán juzgados como juzguen ustedes, y la medida que usen, la usarán con ustedes. ¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo; y no reparas en la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: ‘Déjame que te saque la mota del ojo’, teniendo una viga en el tuyo? Hipócrita: sácate primero la viga del ojo; entonces verás claro y podrás sacar la mota del ojo de tu hermano”.
Palabra del Señor.
"No juzguen, para no ser juzgados"
🙏 Reflexión:
Jesús nos invita a mirar primero hacia adentro antes de apuntar los errores de los demás. Es fácil detectar las fallas ajenas, pero muchas veces somos ciegos a nuestras propias debilidades. Criticar o juzgar se vuelve entonces un acto de orgullo o de hipocresía.
El mensaje de Jesús no es que ignoremos el mal o que no ayudemos a los demás a mejorar, sino que lo hagamos con humildad, con amor y solo después de haber hecho nosotros mismos un proceso de conversión.
Cuando juzgamos sin misericordia, cerramos el corazón a la compasión y nos ponemos en el lugar de Dios, que es el único que conoce plenamente los corazones. Además, al juzgar, muchas veces proyectamos nuestras propias heridas o inseguridades en los demás.
Jesús quiere que seamos personas que construyen, no que destruyen, que ayudemos a nuestros hermanos a crecer, pero desde la comprensión, la empatía y la sinceridad.
✨ Para meditar:
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¿Suelo juzgar con rapidez o me tomo el tiempo para entender?
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¿Estoy más pendiente de los defectos de los demás que de mi propio proceso interior?
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¿Cuánto me cuesta practicar la misericordia en lugar del juicio?
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