Evangelio diario / Viernes 8 de Agosto




 Evangelio según san Mateo 16, 24-28

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: “Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz y me siga. Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero el que la pierda por mí, la encontrará. ¿Pues de qué le servirá a un hombre ganar el mundo entero, si pierde su alma? ¿O qué podrá dar para recobrarla? Porque el Hijo del hombre vendrá, con la gloria de su Padre, entre sus ángeles, y entonces pagará a cada uno según su conducta. En verdad les digo que algunos de los aquí presentes no gustarán la muerte hasta que vean al Hijo del hombre en su Reino”.

Palabra del Señor.



El Costo de Seguir a Jesús:

 La Cruz de Cada Día

Jesús dice: "Si alguno quiere venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y que me siga." (v. 24).

¿Qué significa esto? No se trata de buscar el sufrimiento, sino de aceptar los desafíos de la vida que se nos presentan por vivir según el Evangelio. La "cruz" de la que habla Jesús puede ser:

  • El esfuerzo de ser honesto cuando es más fácil mentir.

  • Perdonar a alguien que nos hirió, en lugar de guardar rencor.

  • Tener paciencia con un familiar o compañero de trabajo difícil.

  • Renunciar a algo que nos gusta pero que nos aleja de Dios.

Es renunciar a nuestro egoísmo para vivir en el amor. Cargar la cruz es una elección diaria de seguir a Jesús, a pesar de las dificultades.


El Gran Intercambio: Perder para Ganar

Jesús nos presenta una paradoja muy interesante: "Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí, la encontrará." (v. 25).

A primera vista, esto no tiene sentido. Pero en la vida espiritual, es una gran verdad. Si nos aferramos a nuestros planes, a nuestras comodidades, a nuestro orgullo, perdemos la oportunidad de vivir una vida plena con Jesús. Pero si "perdemos" esa vida egoísta por Él, es decir, si nos entregamos a su voluntad, entonces encontramos la verdadera vida: una vida de paz, de alegría y de propósito, que es mucho más valiosa.


 Lo que Realmente Importa: El Alma

Jesús nos hace una pregunta muy seria: "¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero si pierde su vida? ¿Y qué podrá dar el hombre a cambio de su vida?" (v. 26).

Imaginemos que tenemos todo lo que el mundo nos puede dar: dinero, fama, poder, éxito. Pero si perdemos nuestra relación con Dios, si perdemos nuestra paz interior y el amor, ¿de qué nos sirve todo eso? El alma, nuestra esencia, nuestro ser más profundo, es lo más valioso que tenemos. Es lo que nos conecta con Dios. Nada en este mundo puede compararse con su valor.


 Un Llamado a la Confianza

Este pasaje es un llamado a la confianza radical en Jesús. Nos invita a:

  1. Aceptar los desafíos de la vida con fe (cargar la cruz).

  2. Dejar de lado el egoísmo y entregar nuestra vida a Él (perder para ganar).

  3. Valorar nuestra alma por encima de todo lo material (lo que realmente importa).

Jesús nos promete que si vivimos así, tendremos una recompensa que el mundo no puede dar ni quitar. Es una invitación a una vida de verdadera libertad y plenitud.

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