San Timoteo y San Tito
San Timoteo fue un discípulo muy amado de san Pablo. Era
de Listra. Los Hechos de los Apóstoles dicen: Había en Listra un discípulo
llamado Timoteo, hijo de una mujer judía creyente y de padre griego. Los
creyentes de la ciudad y de los alrededores daban de él muy buenos
testimonios. Pablo quiso que se fuera con él.
San Pablo le impuso las manos y le confió el misterio de
la predicación, y en adelante lo consideró siempre como un hijo suyo y un
discípulo muy amado. En la carta a los Corintios, el apóstol lo llama
"Timoteo: mi hijo amado" (1 Cor. 4,7) y de la misma manera lo llama
en las dos cartas que le escribió a él.
Timoteo acompañó a San Pablo en su segundo y tercer
viajes misioneros. El apóstol al escribirle más tarde le recordará lo buena
que fue su familia: "Quiero refrescar el recuerdo de la gran fe que
había en tu familia: en tu abuela Loida y en tu madre Eunice. Que esa fe se
conserve en ti, ya que desde tu más tierna infancia te hicieron leer y
meditar las Sagradas Escrituras" (1 Tim. 1,5;4,14)
La familia de Timoteo progresó mucho en santidad cuando
San Pablo y San Bernabé estuvieron hospedados en su casa en Listra. Y allí
aquella ciudad les sucedió a los dos apóstoles un hecho muy singular.
Las gentes al ver cómo Pablo curó instantáneamente a un
tullido, bendiciéndolo en nombre de Jesucristo, se imaginaron que estos
predicadores eran dos dioses disfrazados de homjbres.
Que Bernabé, por alto y elegante, era Júpiter, y que
Pablo, por lo bien que hablaba, era Mercurio, el mensajero de los dioses y
patrono de los oradores. Y corrieron a llamar a los sacerdotes del Templo de
Júpiter, los cuales llegaron trayendo un toro para ofrecérselo en sacrificio
a los dos dioses. San Pablo se dio cuenta del engaño en que estaban, y
rasgándose la camisa les gritó: "Hombres, nosotros no somos dioses,
somos pobres criaturas como todos ustedes."
Y entonces la situación cambió por completo. Los judíos
incitaron al populacho contra los predicadores y los apedrearon dejándolos
medio muertos. Fueron llevados a casa de Timoteo y allí les hicieron las
curaciones más necesarias y en la madrugada salieron de la ciudad.
Seguramente que a Timoteo le debió impresionar muy profundamente el modo tan
extraordinariamente heroico y alegre que tenía San Pablo para ofrecer sus
padecimientos por amor a Dios y por la salvación de las almas, y esto lo
movió más y más a dedicarse a seguirlo en sus trabajos de apostolado.
Después de viajar con él en sus correrías de
predicación por varios países, Timoteo acompañó a San Pablo en la prisión
que tuvo que sufrir en Roma, pues en las cartas que desde Roma escribió el
gran apóstol anuncia que lo está acompañando Timoteo, su fiel discípulo.
Muy famosas son las dos cartas de San Pablo a Timoteo. En
ellas le recomienda: "Que nadie te desprecie por tu juventud. Muéstrate
en todo un modelo para los creyentes, por la palabra, la conducta, la caridad,
la pureza y la fe"(1 Tim. 4,12) y hasta desciende a detalles prácticos:
"Timoteo: no tomes sólo agua. Mézclale de vez en cuando un poco de
vino, por tus continuos males de estómago" (1 Tim. 5,23).
El historiador Eusebio dice que San Pablo nombró a Timoteo
como obispo de Efeso, y San Juan Crisóstomo afirma que fue nombrado
presidente de los obispos de esa región. Se cuenta también que en tiempos
del emperador Domiciano, hacia el año 97, Timotio fue martirizado, apaleado y
apedreado por haber tratado de impedir una fiesta muy corrompida en aquella
ciudad.
San Juan Crisóstomo y San Jerónimo narran que junto a los
restos o reliquias de San Timoteo, los cristianos obtenían muy grandes
favores de Dios (y ojalá los obtengamos también hoy nosotros al recordarlo
con cariño).
Lo que más simpatía le atrae a San Timoteo es haber sido
discípulo siempre fiel y muy preferido del gran San Pablo. (Que bueno que él
nos prendiera un poquito de su aprecio por las palabras de tan gran apóstol).
San Tito, obispo (Siglo I).
Tito
fue discípulo y secretario de San Pablo. Acompañó al apóstol en muchos de
sus viajes. En las dos cartas a los Corintios San Pablo declara que él
confía plenamente en su discípulo Tito, y a él lo envía a tratar de que
los cristianos cumplan lo que les ha dicho en sus cartas. Y después dice que
ha quedado muy satisfecho por las noticias que Tito le ha traído.
San Pablo lo nombró obispo de la isla
de Creta y le escribió una bella carta, señalándole las cualidades que
deben tener los sacerdotes.
Parece que murió muy anciano y venerado. Tito significa: defensor. Que él sea nuestro defensor contra los errores que atacan a nuestra religión.
Parece que murió muy anciano y venerado. Tito significa: defensor. Que él sea nuestro defensor contra los errores que atacan a nuestra religión.
Comentarios
Publicar un comentario