SALMO RESPONSORIAL 3, 2-8a
R. ¡Levántate, Señor, sálvame!
Señor, ¡qué numerosos son mis adversarios,
cuántos los que se levantan contra mí!
¡Cuántos son los que dicen de mí:
«Dios ya no quiere salvarlo»! R.
Pero Tú eres mi escudo protector y mi gloria,
Tú mantienes erguida mi cabeza.
Invoco al Señor en alta voz,
y Él me responde desde su santa Montaña. R.
Yo me acuesto y me duermo,
y me despierto tranquilo porque el Señor me sostiene.
No temo a la multitud innumerable,
apostada contra mí por todas partes.
¡Levántate, Señor! ¡Sálvame, Dios mío! R.
Comentarios
Publicar un comentario