Lecturas del día




Lectura del segundo libro de Samuel
6, 11a 12-15: 17-19

El Arca del Señor se había quedado tres meses en casa de Obededóm.
Cuando informaron a David: «El Señor ha bendecido a la familia de Obededóm y todos sus bienes a causa del Arca de Dios», David partió e hizo subir al Arca de Dios desde la casa de Obededóm a la Ciudad de David, con gran alegría. Los que transportaban el Arca del Señor avanzaron seis pasos, y él sacrificó un buey y un ternero cebado. David, que sólo llevaba ceñido un corto manto de lino, iba danzando con todas sus fuerzas delante del Señor. Así David y toda la casa de Israel subieron el Arca del Señor en medio de aclamaciones y al sonido de trompetas.
Luego introdujeron el Arca del Señor y la instalaron en su sitio, en medio de la carpa que David había levantado para ella, y David ofreció holocaustos y sacrificios de comunión delante del Señor. Cuando David terminó de ofrecer el holocausto y los sacrificios de comunión, bendijo al pueblo en nombre del Señor de los ejércitos. Después repartió a todo el pueblo, a toda la multitud de Israel, hombres y mujeres, una hogaza de pan, un pastel de dátiles y uno de pasas de uva por persona. Luego todo el pueblo se fue, cada uno a su casa.

Palabra de Dios.


David es hábil político, además de persona creyente. Ayer vimos que conquistó Jerusalén y estableció allí la capital de su reino. Ahora da un paso adelante: la hace también capital religiosa. Hasta entonces Jerusalén, ciudad pagana, no tenía ninguna tradición religiosa para los israelitas, como podía tenerla por ejemplo Silo. David traslada solemnemente el Arca de la Alianza a su ciudad. Todavía no hay Templo -lo construirá su hijo Salomón- pero la presencia del Arca va a ser punto de referencia para la consolidación política y religiosa del pueblo. La fiesta que organiza con tal ocasión de alguna manera significa el fin de la época nómada del pueblo. El Arca, en la Tienda del encuentro, había sido el símbolo de la cercanía de Dios para con su pueblo en el periodo de su larga travesía por el desierto. Ahora se estabiliza tanto el pueblo como la presencia de Dios con ellos.



SALMO RESPONSORIAL                          23, 7-10

R.    El Señor es el Rey de la gloria.

¡Puertas, levanten los dinteles,
levántense, puertas eternas,
para que entre el Rey de la gloria! R.

¿Y quién es ese Rey de la gloria?
es el Señor, el fuerte, el poderoso,
el Señor poderoso en los combates. R.

¡Puertas, levanten sus dinteles,
levántese, puertas eternas,
para que entre el Rey de la gloria! R.

¿Y quién es ese Rey de la gloria?
El Rey de la gloria
es el Señor de los ejércitos R.




    Evangelio de nuestro Señor Jesucristo
según san Marcos
3, 31-35

Llegaron la madre y los hermanos de Jesús y, quedándose afuera, lo mandaron llamar. La multitud estaba sentada alrededor de Él, y le dijeron: «Tu madre y tus hermanos te buscan ahí afuera».
Él les respondió: «¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?» y dirigiendo su mirada sobre los que estaban sentados alrededor de Él, dijo: «Éstos son mi madre y mis hermanos. Porque el que hace la voluntad de Dios, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre».

Palabra del Señor.


¿Qué me quieres decir, Señor? ¿Cómo puedo hacer realidad este evangelio en mi vida?

También yo estoy en ese grupo de personas que escuchaban a Jesús. Él me mira y me dice: ¿Quienes son mi madre y mis hermanos? Todo el que hace la voluntad de Dios.
Yo soy de la familia de Jesús, no soy ajeno a él. Para Jesús soy alguien entrañable, de la familia. Escucho con el corazón estas palabras de Jesús ¿qué siento? ¿qué le digo?

¿Quiénes son mi madre y mis hermanos? ¿Hasta donde llega nuestro amor? ¿se cierra en los muros de la familia, de los amigos, de los que son y piensan como yo?
    "Dame Señor una mirada y un corazón abiertos"
    "No permitas que me encierre en mi, en los míos"

No es suficiente con ser de la familia de sangre de Jesús, tampoco se trata sólo de pertenecer al grupo que lo acompaña. Se trata de cumplir la voluntad de Dios. Por eso, podemos decir que María es madre de Jesús por doble motivo: porque lo dio a luz y porque ninguna criatura cumplió la voluntad de Dios como ella.
    "María enséñanos a cumplir la voluntad de Dios"

Señor, has dicho: Mi madre y mis hermanos son éstos:
los que escuchan la Palabra de Dios y la ponen por obra.

Gracias por considerarnos miembros de tu familia,
porque quieres ser nuestro hermano,
por darnos como madre a María.


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