Los cinco minutos del Espíritu Santo


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“Cada vez que en la oración nos dirigimos a Jesús, es el Espíritu Santo quien, con su gracia preveniente, nos atrae al camino de la oración. Y ya que él nos enseña a orar recordándonos a Cristo, ¿cómo no dirigirnos también a él orando? Por eso, la Iglesia nos invita a implorar todos los días al Espíritu Santo, especialmente al comenzar y terminar cualquier acción importante… El Espíritu Santo, cuya unción impregna todo nuestro ser, es el Maestro interior de la oración cristiana” (Catecismo de la Iglesia Católica, 2670.2672)Por todo esto, si no sabemos orar, lo mejor es pedirle al Espíritu Santo que nos enseñe, que nos estimule, que nos impulse y nos llene de deseos de orar. Él puede poner en nuestra boca lo que tenemos que decir, y a veces ni siquiera hacen falta palabras. Muchas veces el Espíritu Santo nos mueve a expresarnos con el llanto, con una melodía, con un lamento, con un  suspiro. Dejemos que sea él quien nos enseñe a orar.📚 Autor: Mons. Víctor Manuel Fernández. ® Editorial Claretiana.

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