Evangelio cotidiano / 11º Semana del tiempo Ordinario




 Evangelio según san Mateo 5, 38-42

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: “Han oído que se dijo: ‘Ojo por ojo, diente por diente’. Pero yo les digo: no hagan frente al que los agravia. Al contrario, si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra; al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica, dale también el manto; a quien te requiera para caminar una milla, acompáñalo dos; a quien te pide, dale, y al que te pide prestado, no lo rehúyas”.

Palabra del Señor.


“Da al que te pide”


En este pasaje, Jesús desafía la ley del talión ("ojo por ojo y diente por diente") que estaba destinada a limitar la venganza y asegurar que la justicia fuera proporcional. Jesús, en cambio, propone una actitud radical de no resistencia al mal y de amor activo hacia los enemigos.

1. No resistir al mal (v. 39):

Jesús enseña a no responder a la violencia con más violencia. Esto no significa permitir el mal pasivamente, sino buscar métodos creativos y no violentos para enfrentarlo. Al ofrecer la otra mejilla, se rompe el ciclo de retaliación y se muestra una fuerza moral superior.

2. Renunciar a los derechos personales (v. 40-41):

Jesús llama a sus seguidores a renunciar a sus derechos en aras de la paz y la reconciliación. Al dar la capa además de la túnica o al caminar dos millas en lugar de una, los cristianos demuestran una generosidad y una disposición a servir que van más allá de lo esperado. Esto desarma al adversario y puede transformar una situación de conflicto en una oportunidad para el testimonio del amor de Cristo.

3. Generosidad radical (v. 42):

La enseñanza de Jesús también incluye una generosidad sin reservas. Dar a quien pide y no rehusar al que quiere tomar prestado refleja una confianza en la provisión de Dios y un corazón dispuesto a compartir sin límites. Esta actitud contrasta con la tendencia humana a proteger y acumular bienes personales.

Aplicación práctica:

- En la vida diaria:

Practicar estas enseñanzas puede ser difícil, ya que van en contra de nuestros instintos naturales de autoprotección y justicia retributiva. Sin embargo, en situaciones de conflicto interpersonal, la disposición a perdonar y a no responder con agresividad puede llevar a la reconciliación y a relaciones más profundas y auténticas.

- En la comunidad y la sociedad:

A nivel comunitario, estas enseñanzas inspiran la búsqueda de justicia social a través de medios pacíficos y el trabajo por la paz y la reconciliación. Implican abogar por políticas que reflejen la misericordia y la generosidad, y trabajar para transformar estructuras injustas sin recurrir a la violencia.

- En la espiritualidad personal:

Interiorizar estas enseñanzas requiere una profunda confianza en Dios y un compromiso con el camino del discipulado de Jesús. Esto significa orar por nuestros enemigos, buscar activamente el bien de los demás y confiar en que el poder del amor es más fuerte que el del odio.

En resumen, San Mateo 5, 38-42 nos desafía a vivir de una manera que refleje el amor incondicional y la gracia de Dios, a través de una respuesta no violenta al mal, una renuncia a nuestros propios derechos y una generosidad radical. Estas enseñanzas nos llaman a ser agentes de paz y reconciliación en un mundo dividido.

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