Evengelio cotidiano / Semana 10ª del tiempo Ordinario



 Evangelio según san Mateo 10, 7-13

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles: “Vayan y proclamen que ha llegado el Reino de los Cielos. Curen enfermos, resuciten muertos, limpien leprosos, arrojen demonios. Gratis han recibido, den gratis. No se procuren en la faja oro, plata ni cobre; ni tampoco alforja para el camino, ni dos túnicas, ni sandalias, ni bastón; bien merece el obrero su sustento. Cuando entren en una ciudad o aldea, averigüen quién hay allí de confianza y quédense en su casa hasta que se vayan. Al entrar en una casa, salúdenla con la paz; si la casa se lo merece, su paz vendrá a ella. Si no se lo merece, la paz volverá a ustedes”.

Palabra de Dios


“Por el camino...”

En este pasaje, Jesús envía a sus discípulos con una misión clara: proclamar que el Reino de los cielos está cerca. Les da instrucciones específicas que nos enseñan importantes lecciones sobre la vida cristiana y el ministerio.

  1. Proclamación del Reino: Jesús enfatiza la necesidad de anunciar la proximidad del Reino de los cielos. Esto nos recuerda la urgencia y la importancia de compartir el mensaje de salvación y la esperanza en Cristo.

  2. Actos de compasión y poder: Los discípulos reciben el mandato de curar a los enfermos, resucitar a los muertos, limpiar a los leprosos y expulsar demonios. Esto nos muestra que el ministerio cristiano no solo se trata de palabras, sino también de acciones poderosas que demuestran el amor y la autoridad de Dios.

  3. Gratuidad del servicio: Jesús insiste en que lo que han recibido gratuitamente, deben darlo gratuitamente. Esto resalta la generosidad y el espíritu de servicio desinteresado que debe caracterizar a los discípulos de Cristo. El ministerio no debe ser un medio para ganar riquezas materiales.

  4. Dependencia de la providencia divina: Al decir que no lleven oro, plata, ni provisiones extras, Jesús enseña a sus discípulos a confiar plenamente en la providencia de Dios. La verdadera seguridad no se encuentra en las posesiones materiales, sino en la fidelidad de Dios para proveer lo necesario.

  5. Discernimiento y paz: Jesús les instruye a buscar a personas dignas y a desear paz a las casas que visiten. Esto implica discernimiento para identificar receptividad y sinceridad en aquellos a quienes se predica. La paz que ofrecen es un reflejo de la presencia de Dios, y si no es bienvenida, retorna a ellos. Este es un recordatorio de que no todos aceptarán el mensaje, pero la misión debe continuar con integridad y amor.

Este pasaje nos anima a vivir nuestra fe con convicción, confianza en la provisión de Dios, y un corazón dispuesto a servir y compartir el amor de Cristo con los demás, sabiendo que el Reino de los cielos está siempre cerca.

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