Evengelio Cotidiano / Semana 17ª del tiempo Ordinario




 Evangelio según san Juan 11, 19-27

En aquel tiempo, muchos judíos habían ido a ver a Marta y a María, para darles el pésame por su hermano. Cuando Marta se enteró de que llegaba Jesús, salió a su encuentro, mientras María se quedaba en casa. Y dijo Marta a Jesús: “Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano. Pero aún ahora sé que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo concederá”. Jesús le dijo: “Tu hermano resucitará”. Marta respondió: “Sé que resucitará en la resurrección del último día”. Jesús le dice: “Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto?”. Ella le contestó: “Sí, Señor: yo creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo”.

Palabra del Señor.



"Yo soy la resurrección y la vida" 


Marta sale al encuentro de Jesús y un reclamo brota de sus labios: “Si hubieras estado aquí, no habría muerto mi hermano”. Parece ser la reacción común ante una experiencia dolorosa. Se hubiera podido evitar…ya no hay nada que hacer. Pero Marta va más allá: “aún sé que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo concederá”. Es el movimiento de la fe, que pone en camino y hace esperar siempre. Ante la afirmación de Jesús “tu hermano resucitará”, Marta expresa su fe en la resurrección en el último día.

Pero este signo encierra una promesa que va más allá: “Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y todo el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre”. Lo que se nos plantea a nosotros, como se le planteó a Marta es si creemos o no en Jesús, resurrección y vida ofrecida a la humanidad, de la cual se comienza a participar mientras vamos de camino. El que cree en Él, a pesar de la muerte, sigue viviendo; el que está vivo y cree en Él, vivirá eternamente. Todo esto no es otra cosa que la participación en el misterio del mismo Cristo.

A Marta se le pregunta: “¿crees esto?”. Pregunta que nos alcanza a nosotros también y la respuesta que procede dar se identifica con la de Marta: «Sí, Señor: yo creo que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo». Quien se ha presentado reclamando es conducida a una entrega confiada; la confianza que brota de la aceptación de la oferta que Jesús realiza y que siempre conduce a la vida.

¿Qué respondemos hoy a la pregunta de Jesús? ¿Cómo afrontamos los desalientos que el desamor genera?

Fr. Antonio Bueno Espinar O.P.

Fr. Antonio Bueno Espinar O.P.
Convento de Santa Cruz la Real (Granada)

Comentarios

Entradas populares de este blog

LA NATIVIDAD DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA Fiesta

Feliz Aniversario sacerdotal

ORACIONES PARA EL MES DE LA BIBLIA