Evangelio cotidiano / Semana 25ª del tiempo Ordinario

 



Evangelio según san Lucas 8, 19-21

En aquel tiempo, vinieron a Jesús su madre y sus hermanos, pero con el gentío no lograban llegar hasta Él. Entonces le avisaron: “Tu madre y tus hermanos están fuera y quieren verte”. Él respondió diciéndoles: “Mi madre y mis hermanos son estos: los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen”.

Palabra del Señor.


Abrir el corazón y ampliar la mirada

El caminar con Jesús siempre nos ayuda a abrir el corazón y ampliar la mirada. Con sus palabras y acciones el Señor nunca nos deja indiferentes. El episodio de los parientes que vienen a encontrarse con Jesús nos ayuda a comprender la propuesta del crecer en fraternidad desde el proyecto del Reino. No implica de manera alguna que no se valoren los lazos familiares, sino que el Maestro nos invita a ir más allá. Ser discípulos genera un nuevo tipo de vínculos. Una vida con sabor a Evangelio. Como nos recuerda el Papa Francisco en Fratelli Tutti: «Todos somos hermanos, con estas pocas y sencillas palabras expresó lo esencial de una fraternidad abierta, que permite reconocer, valorar y amar a cada persona más allá de la cercanía física, más allá del lugar del universo donde haya nacido o donde habite» (FT 1).

Esta nueva fraternidad nos abre a la alteridad, a la escucha de los otros para percibir la voz de Dios que se manifiesta en quien es distinto. Es dejarse interpelar por la realidad. Ser parte de la familia de Jesús es, en definitiva, compartir su vida y su proyecto e implicarnos en el mismo. Que, como María, modelo de discípula, podamos cada día escuchar la Palabra de Dios y la hagamos vida en los ambientes donde vivimos.

Fray Edgardo César Quintana O.P.

Fray Edgardo César Quintana O.P.
Casa Stmo. Cristo de la Victoria (Vigo)

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