Evangelio diario / Semana 2ª de Pascua

 



 Evangelio según san Juan 3, 31-36

El que viene de lo alto está por encima de todos. El que es de la tierra es de la tierra y habla de la tierra. El que viene del cielo está por encima de todos. De lo que ha visto y ha oído da testimonio, y nadie acepta su testimonio. El que acepta su testimonio certifica que Dios es veraz. El que Dios envió habla las palabras de Dios, porque no da el Espíritu con medida. El Padre ama al Hijo y todo lo ha puesto en su mano. El que cree en el Hijo posee la vida eterna; el que no crea al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios pesa sobre él.

Palabra del Señor.


El que cree en el Hijo posee la vida eterna

Hoy escuchamos unos versículos del evangelio de Juan que parecen en clara sintonía con el relato de los Hechos de los Apóstoles de la primera lectura, y que añaden matices importantes en el modo de comprender y expresar la fe.

- El que viene del cielo está por encima de todos. Como nos dice la carta a los Hebreos, Dios se nos ha manifestado de muchas maneras a lo largo de los tiempos, a través de personas “de la tierra”, que sólo pueden hablar un mensaje “terreno”. Pero el “enviado” que viene del cielo, está por encima de todos, transmite las palabras de Dios, y da el Espíritu sin medida.

- Ese enviado es el Hijo, a quien el Padre ama y en cuyas manos lo ha puesto todo. Y eso significa que lo que “sabemos” sobre Dios, el encuentro con El, la vida que de él recibimos… se nos comunica a través del Hijo. Él es el Único mediador. Con su llegada, las mediaciones que servían como cauce de comunicación de Dios con el pueblo son ya innecesarias. Ninguna mediación -ni las anteriores ni las posteriores- tiene sentido, si no está orientada a facilitar de hecho la posibilidad de encuentro personal con el Señor Jesús. Y se aplica a todos los ámbitos: Instituciones, personas, procesos, celebraciones…

- Una última gran noticia: el que cree en el Hijo tiene ya la vida eterna. La promesa de Dios no está referida sólo al futuro después de la muerte. La vida de Dios en nosotros es ya vida eterna. ¿Vivimos, sufrimos y disfrutamos la vida de fe desde esta perspectiva? 

Hna. Gotzone Mezo Aranzibia O.P.

Hna. Gotzone Mezo Aranzibia O.P.
Congregación Romana de Santo Domingo

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