Lectura del primer libro de los Reyes 19, 8-9. 11-16



Elías caminó durante cuarenta días y cuarenta noches hasta la montaña de Dios, el Horeb. Allí entró en la gruta y pasó la noche.
El Señor le dijo: «Sal y quédate de pie en la montaña, delante del Señor». Y en ese momento el Señor pasaba. Sopló un viento huracanado que partía las montañas y resquebrajaba las rocas delante del Señor. Pero el Señor no estaba en el viento. Después del viento, hubo un terremoto. Pero el Señor no estaba en el terremoto. Después del terremoto, se encendió un fuego. Pero el Señor no estaba en el fuego. Después del fuego, se .oyó el rumor de una brisa suave. Al oírla, Ellas se cubrió el rostro con su manto, salió y se quedó de pie a la entrada de la gruta.
Entonces le llegó una voz, que decía: «¿Qué haces aquí, Elías? »
Él respondió: «Me consumo de celo por el Señor, el Dios de los ejércitos, porque los israelitas abandonaron tu alianza, derribaron tus altares y mataron a tus profetas con la espada. He quedado yo solo y tratan de quitarme la vida».
El Señor le dijo: «Vuelve por el mismo camino, hacia el desierto de Damasco. Cuando llegues, ungirás a Jazael como rey de Arám. A Jehú, hijo de Nimsi, lo ungirás rey de Israel, y a Eliseo, hijo de Safat, de Abel Mejolá, lo ungirás profeta en lugar de ti».

Palabra de Dios.


El Señor quiere hablar a Elías y le pide que vaya al monte. Allí le habla Dios pero no a través de ostentosas manifestaciones, no a través de un viento huracanado, ni de un terremoto, ni de un fuego. Prefirió un susurro y desde el susurro le habló el Señor y le comunicó a quién debía ungir rey y a quién profeta. Pero antes le preguntó: “¿Qué haces aquí, Elías?”. A lo que Elías respondió: “Me consumo de celo por el Señor”. Profunda respuesta de un buen creyente, que todo seguidor de Cristo Jesús deberíamos tener siempre en nuestra boca y en nuestro corazón. Ojalá que siempre cuando alguien nos pregunte ¿qué te trae por aquí?, cuando nos vean predicar, ayudar al hermano, trabajar por la paz y la justicia, perdonar al que nos ha ofendido, amar y entregar la vida… Podamos responder con Elías: “Me consumo de celo por el Señor”.


P. Juan R. Celeiro

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