SANTA ROSA DE LIMA Patrona de América Latina

 



 

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo

a los cristianos de Corinto

10, 17—11, 2

 

Hermanos:

El que se gloría, que se gloríe en el Señor. Porque el que vale no es el que se recomienda a sí mismo, sino aquel a quien Dios recomienda.

¡Ojalá quisieran tolerar un poco de locura de mi parte! De hecho, ya me toleran. Yo estoy celoso de ustedes con el celo de Dios, porque los he unido al único Esposo, Cristo, para presentarlos a Él como una virgen pura.

 

Palabra de Dios.

 



Pablo dirá que somos "desposados" con Dios, "aliados" de Dios, "amados" de Dios. No es la única vez: la Iglesia es la esposa de Cristo. La humanidad es "amada apasionadamente" por Cristo. Debo escuchar esto en el silencio de mi corazón: Yo soy amado. Así lo entendió Santa Rosa y por eso quiso que su corazón fuera todo para ese Señor que la amaba entrañablemente. No quiso un corazón compartido, se lo dio todo entero y a pesar de morir a los 31 años pudo decir con verdad que amo al Señor con todo el corazón y con todas las fuerzas y al prójimo por amor a Dios, transformándose así en la primera santa americana.





 

SALMO RESPONSORIAL                               148, 1-2. 11-13a. 13c-14

 

R.    ¡Los jóvenes y las vírgenes, alaben el nombre del Señor!

 

Alaben al Señor desde el cielo,

alábenlo en las alturas;

alábenlo, todos sus ángeles,

alábenlo, todos sus ejércitos. R.

 

Los reyes de la tierra y todas las naciones,

los príncipes y los gobernantes de la tierra;

los ancianos, los jóvenes y los niños,

alaben el Nombre del Señor. R.

 

Su majestad está sobre el cielo y la tierra,

y Él exalta la fuerza de su pueblo.

¡A Él, la alabanza de todos sus fieles,

y de Israel, el pueblo de sus amigos! R.

 

 

 


 

 Evangelio de nuestro Señor Jesucristo

 según san Mateo

13, 44-46

 

Jesús dijo a la multitud:

El Reino de los Cielos se parece a un tesoro escondido en un campo; un hombre lo encuentra, lo vuelve a esconder, y lleno de alegría, vende todo lo que posee y compra el campo.

El Reino de los Cielos se parece también a un negociante que se dedicaba a buscar perlas finas; y al encontrar una de gran valor, fue a vender todo lo que tenía y la compró.

 

Palabra del Señor.




La Palabra me dice


Seguimos con las comparaciones del Reino de los Cielos. Jesús no lo define directamente, sino a través de semejanzas, comparaciones. El Reino se parece a… un tesoro, un hombre que busca perlas finas. Es “algo que está” e implica “alguien que busca”, que está en movimiento.

Lo primero que dice es que está: escondido, en un campo, que se puede encontrar, y una vez encontrado, hay que elegir. ¿Qué podría ser? ¿Qué es eso de Reino “que está…”? 

Esta afirmación nos da la certeza que el Reino está entre nosotros, está cerca, lo podemos encontrar…
Una forma de vivir según Dios, personal, social o comunitariamente. Esa forma está.

Es muy importante estar en búsqueda si queremos encontrar, dedicarnos a buscar esas “perlas finas”.  Y al encontrar… hacer opción. La vocación es un movimiento profundo de adentro. No se impone, es libre. “Calza justo”, pero aun así, no siempre vendemos y compramos esos tesoros que enriquecen nuestra vida.


A la Palabra, le digo


Soy buscador, buscadora... como el hombre de la Parábola que ya cuenta con algunas perlas pero que no se conforma, ¡quiero seguir buscando hasta encontrar la de gran valor! Sé que todavía me falta “vender” para quedarme con la riqueza del carisma, dame Señor el coraje del desprendimiento, la libertad que todavía no conquisto para quedarme con lo mejor.




 

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