Lecturas del día

 



Lectura del libro de los Proverbios

3, 27-34

 

No niegues un beneficio al que lo necesite,

siempre que esté en tus manos hacerla.

No digas a tu prójimo: «Vuelve después,

mañana te daré», si tienes con qué ayudarlo.

No trames el mal contra tu prójimo,

mientras vive confiado junto a ti.

No litigues con un hombre sin motivo,

si no te ha causado ningún mal.

 

No envidies al hombre violento

ni elijas ninguno de sus caminos.

Porque el hombre perverso es abominable para el Señor,

y Él reserva su intimidad para los rectos.

La maldición del Señor está en la casa del malvado,

pero Él bendice la morada de los justos.

El se burla de los insolentes

y concede su favor a los humildes.

 

Palabra de Dios



Quien exhorta no es un profeta, sino un «sabio»; es decir, un hombre que apela a la sensatez y experiencia humana, no a revelaciones públicas o personales. Pero cuando pasa a motivar su exhortación, apela al Señor, la realidad más intensa de su vida. Quiere decir que en esa sensatez humana también se manifiesta Dios, que las relaciones entre los hombres están garantizadas por Dios. Ésta es la nobleza de esas virtudes, que unos llaman civiles y que el cristiano ha de realizar en su vida; porque el contenido de las exhortaciones desborda la justicia estricta, servicialidad es un modo sencillo de caridad.

 

 

SALMO RESPONSORIAL                                    14, 2-4b. 5

 

R.    ¿Quién habitará en tu Casa, Señor?

 

El que procede rectamente

y practica la justicia;

el que dice la verdad de corazón

y no calumnia con su lengua. R.

 

El que no hace mal a su prójimo

ni agravia a su vecino,

el que no estima a quien Dios reprueba

y honra a los que temen al Señor. R.

 

El que no se retracta de lo que juró,

aunque salga perjudicado;

el que no presta su dinero a usura

ni acepta soborno contra el inocente.

El que procede así nunca vacilará. R.

 

 

 


 

  Evangelio de nuestro Señor Jesucristo

según san Lucas

8, 16-18

 

Jesús dijo a sus discípulos:

No se enciende una lámpara para cubrirla con un recipiente o para ponerla debajo de la cama, sino que se la coloca sobre un candelero, para que los que entren vean la luz. Porque no hay nada oculto que no se descubra algún día, ni nada secreto que no deba ser conocido y divulgado.

Presten atención y oigan bien, porque al que tiene, se le dará, pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que cree tener.

 

Palabra del Señor.




“No se enciende una lámpara para cubrirla”



 El Evangelio es luz, y la luz no elige sobre qué cosas posarse y sobre cuáles no: se irradia sobre todo lo circundante. Hoy, en síntesis, se nos habla de esa luz que nos falta tanto… esa luz que es capaz de dar alegría, esperanza, ilusión por la vida, esa luz que hace que la luchas, los esfuerzos, los sacrificios merezcan la pena. Es la luz de Jesús que ha venido a iluminar el mundo para que veamos la Verdad de todas las cosas.

Preguntémonos: ¿Somos luz para el mundo de hoy en nuestra vida diaria?

Nos puede ayudar a rezar esta canción: Signos de amor

https://www.youtube.com/watch?v=12TFBTfkcW4

 


Comentarios

Entradas populares de este blog

LA NATIVIDAD DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA Fiesta

Feliz Aniversario sacerdotal