Lectura del día




 Lectura del libro de los Proverbios

21, 1-6. 10-13

 

El corazón del rey es una corriente de agua en manos del Señor:

Él lo dirige hacia donde quiere.

 

Al hombre le parece que todo su camino es recto,

pero el Señor pesa los corazones.

 

Practicar la justicia y el derecho

agrada al Señor más que los sacrificios.

 

Los ojos altaneros, el corazón arrogante,

la luz de los malvados: todo es pecado.

 

Los proyectos del hombre laborioso son pura ganancia,

el que se precipita acaba en la indigencia.

 

Tesoros adquiridos con engaños

son ilusión fugaz de los que buscan la muerte.

 

El alma del malvado desea el mal,

él no se apiada de su prójimo.

 

El simple se hace sabio cuando se castiga al insolente,

y asimila la ciencia cuando se instruye al sabio.

 

El justo observa la casa del malvado

y precipita en la desgracia a los malos.

 

El que cierra los oídos al clamor del débil

llamará y no se le responderá.

 

Palabra de Dios.

 


Esta serie de proverbios, recuerdan refranes populares o sentencias cultas; algunas se podrían aprender de memoria. Su propósito es convertir a todo israelita en un verdadero hombre: fuerte, dueño de sí, interiormente libre, trabajador, hábil, leal. No se trata aún del retrato del discípulo del Evangelio, pero sí de la premisa indispensable para poder serlo. No es posible ser discípulo si no se es hombre. Se trata de un sano humanismo que tiene precisamente como finalidad crear un hombre apto para las opciones morales y para los compromisos de la alianza.



 

SALMO RESPONSORIAL                                  118, 1. 27. 30. 34-35. 44

 

R.    ¡Condúceme por la senda de tus mandamientos, Señor!

 

Felices los que van por un camino intachable,

los que siguen la ley del Señor.

Instrúyeme en el camino de tus leyes,

y yo meditaré tus maravillas. R.

 

Elegí el camino de la verdad,

puse tus decretos delante de mí.

Instrúyeme, para que observe tu ley

y la cumpla de todo corazón. R.

 

Condúceme por la senda de tus mandamientos,

porque en ella tengo puestas mi alegría.

yo cumpliré fielmente tu ley:

lo haré siempre, eternamente. R.

 

 

 


 

   Evangelio de nuestro Señor Jesucristo

según san Lucas

8, 19-21

 

La madre y los hermanos de Jesús fueron a verlo, pero no pudieron acercarse a causa de la multitud. Entonces le anunciaron a Jesús: «Tu madre y tus hermanos están ahí afuera y quieren verte».

Pero Él les respondió: «Mi madre y mis hermanos son los que escuchan la Palabra de Dios y la practican».

 

Palabra del Señor.



“Mi Madre y mis Hermanos son los que escuchan la Palabra De Dios y la practican.”



El evangelio de hoy nos habla del episodio en que la familia busca a Jesús, quisieron conversar con él, pero Jesús ensancha la familia situándola como aquella que hace vida la Palabra de Dios. Jesús usa su pedagogía para invitar a la muchedumbre a formar parte del Reino. De este modo también nosotros hoy, somos familia de Dios, en la medida en que actualizamos y testimoniamos su Palabra. Los invito a hacer una nueva mirada a su entorno para descubrir con quiénes vamos formando esta familia, este Reinado de Dios… de seguro nos vamos a llevar más de una sorpresa.


Y pensando hoy en nuestra familia nos podemos preguntar ¿en qué medida hacemos esfuerzos para que en ella se viva y testimonie la fe?

 

 


Comentarios

Entradas populares de este blog

LA NATIVIDAD DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA Fiesta

Feliz Aniversario sacerdotal