¡Hoy quisiera ser pastor!



 

Ser el primero en llegarme hasta Ti, Señor.

Y bendecir tu Nombre.

Y arrodillarme con lo todo lo que soy, pienso y tengo.

Y postrarme, sabedor, de que mi corazón,

a veces anda demasiado perdido en las montañas del mundo.

 

Hoy quisiera ser pastor, Señor.

Y, en medio de la noche fría,

que fueran mis palabras calor en tu regazo.

Y, que en  la oscuridad y silencio de tu Nacimiento,

fuese mi FE lámpara que iluminase

las sombras y los rostros de este establo.

 

¿Me dejas ser pastor, Señor?

No tengo más riqueza que la vida que Dios me ha dado

Ni más dulce, que la alegría de tu alumbramiento.

Ni más apoyo, que el saber que Tú has venido a nuestro lado.

 

Hoy quisiera ser pastor, Señor.

Por ello mismo, he dejado los valles de mi comodidad.

Porque, la noticia que tus Ángeles me han dado,

ha rebasado con creces,

la importancia de todo lo que yo estaba haciendo.

 

¡Déjame ser pastor, en estas horas, mi Señor!

Me ha costado esfuerzo llegar hasta Belén.

Me perdido por otros senderos,

con los que el maligno me tentaba

para alejarme de tu sendero.

Pero lo importante, Señor,

es que he tocado tus divinas sienes;

que he alcanzado ese rincón del amor y de ternura,

que, los tiempos antiguos, nos anunciaron,

y  los cuales reyes, patriarcas y profetas, desearon vivir.

 

¡Quiero ser pastor, Señor!

Y cuidarte en esta Noche Santa,

como quien sabe, que de su rebaño,

eres el  más bello Cordero,

que, entre maderas nació,

y en dos maderos se desangrará hasta morir,

por dar al hombre, un eterno vivir.

 

¡Déjame, te lo ruego, ser un pastor!

Y, a cambio de mi adoración y confianza,

dame, Tú Señor, lo que es tu gran tesoro y secreto:

Amor y sólo amor de Dios

 

P. Javier Leoz

 

 

 

.

Comentarios

Entradas populares de este blog

LA NATIVIDAD DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA Fiesta

Feliz Aniversario sacerdotal