Novena a la Virgen de Lourdes, patrona de los enfermos



Segundo día: ¡Oremos!

 Comencemos este gran tiempo de espiritualidad rezando la oración para todos los días 

Oración para todos los días

¡Oh Santísima Virgen de Lourdes! te le apareciste a Bernardita, que era pobre, desconocida y despreciada. La cuidaste, la consolaste y la protegiste para que así pudiera anunciar al mundo que eres ¡la Inmaculada Concepción!

Junto a Santa Bernardita, protege al mundo, consuela a los corazones afligidos y concede consuelo y paz a quienes confiamos en ti y te imploramos tu protección maternal.

¡Oh madre amorosa! estoy ante ti escuchando atentamente tu dulce voz, presentándote mis necesidades y solicitando tus amorosos cuidados. No me ignores ¡Madre mía! Renueva mi corazón, purifica mi alma e intercede para obtener las gracias que te imploro durante esta novena.

¡Amén!


 Ahora te invitamos a rezar la oración para este día

Oración para el segundo día

¡Oh, Virgen de Lourdes! escogida por Dios para ser Madre de Jesús, Tesorera de las divinas gracias, refugio y abogada de los pecadores. Humildemente ante tus pies te suplico seas mi guía y salud en este valle de lágrimas, porque nada puedo ni debo hacer sin Ti. Intercede ante tu Divino hijo por el perdón de mis pecados, la perseverancia en el bien y la salvación de mi alma, para ser eternamente feliz en tu dulce compañía.

¡Amén!


 A continuación, te invitamos a meditar en estas palabras y dejar que resuenen en tu corazón. 

Meditación del día 

¡Nuestra Señora de Lourdes! nosotros también, como la pequeña Bernardita, tenemos nuestros miedos y temores frente a las manifestaciones del cielo. Nosotros también experimentamos cierto temor y desfallecimiento cuando a nuestra alma se le presenta algo celestial, como el deber que cumplir, o la religión que practicar. 

Enséñanos, ¡oh María! a vencer con ayuda de la oración, los temores que experimentamos. 


 En este momento, te invitamos a realizar la acción concreta de este día.

Acción concreta:

Oremos por todos los que se aferran a su fe en condiciones difíciles, como los católicos perseguidos en el mundo entero; por aquellos que enfrentan los desafíos del envejecimiento para que nuestras oraciones y nuestra solidaridad les transmitan la fuerza para permanecer comprometidos con aquellos que más lo necesitan.


 Por último, te invitamos a rezar la oración final de todos los días. 

Oración Final

Bajo tu amparo me acojo, ¡Oh, María Inmaculada! Así, como hiciste brotar en la Gruta de Lourdes, aquel manantial saludable de aguas cristalinas, para remedio del cuerpo, derrama sobre mi alma las aguas de tu gracia, que apaguen mi sed por los bienes terrenales, y limpien mi espíritu para que sea digno(a) de los goces purísimos del cielo.

¡Gloriosa y Bendita Virgen de Lourdes! no desprecies mis súplicas y líbrame de todos los peligros, e intercede por mí a la hora de la muerte. 

¡Amén!

Fuente: 

https://hozana.org/es/usuario/96470


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