Evangelio cotidiano / Semana 15ª del tiempo Ordinario




 Evangelio según san Mateo 12, 1-8 

En aquel tiempo, atravesó Jesús en sábado un sembrado; los discípulos, que tenían hambre, empezaron a arrancar espigas y a comérselas. Los fariseos, al verlo, le dijeron: “Mira, tus discípulos están haciendo una cosa que no está permitida en sábado”. Les replicó: “¿No han leído lo que hizo David, cuando él y sus hombres sintieron hambre? Entró en la casa de Dios y comieron de los panes de la proposición, cosa que no les estaba permitida ni a él ni a sus compañeros, sino solo a los sacerdotes. ¿Y no han leído en la ley que los sacerdotes pueden violar el sábado en el templo sin incurrir en culpa? Pues les digo que aquí hay uno que es más que el templo. Si comprendieran lo que significa ‘quiero misericordia y no sacrificio’, no condenarían a los inocentes. Porque el Hijo del hombre es Señor del sábado”.

Palabra del Señor.


"Quiero misericordia y no sacrificios"...

Legalismo vs. Misericordia:

Los fariseos se enfocan en el cumplimiento estricto de la ley del sábado, criticando a los discípulos de Jesús por recoger espigas. Jesús, en cambio, enfatiza la importancia de la misericordia sobre el legalismo estricto. Al citar el episodio de David y los panes de la proposición, Jesús muestra que la necesidad humana puede tener prioridad sobre las restricciones rituales.

Jesús y la interpretación de la ley:

Jesús cita ejemplos de las Escrituras para argumentar que las acciones de sus discípulos no son ilegales. Al hacer esto, revela una comprensión más profunda y compasiva de la ley, en la que la intención y el bienestar humano tienen un papel crucial. Jesús se presenta no solo como un maestro de la ley, sino como alguien con autoridad para interpretarla de manera que promueva la misericordia y la justicia.

La afirmación de autoridad de Jesús:

Al decir "uno mayor que el templo está aquí" y "el Hijo del Hombre es Señor del día de reposo", Jesús hace una declaración poderosa sobre su identidad y autoridad. Se presenta como superior a las instituciones religiosas tradicionales y como alguien con autoridad divina sobre las leyes sagradas, incluido el sábado.

Misericordia, no sacrificio:

Jesús cita Oseas 6:6, "Misericordia quiero, y no sacrificio", subrayando que el amor y la compasión son más importantes que los rituales religiosos. Esta enseñanza desafía a sus seguidores a priorizar la compasión y la misericordia en sus interacciones con los demás.

Aplicación en la vida cotidiana

  • Priorizar la compasión: En nuestras acciones diarias, debemos poner la misericordia y la compasión por encima del cumplimiento rígido de reglas o tradiciones. Esto implica ser sensibles a las necesidades de los demás y actuar con amor y empatía.

  • Flexibilidad en la interpretación de reglas: A veces, es necesario interpretar las reglas y normas con un enfoque en el bienestar humano y la justicia, en lugar de aplicarlas de manera estricta y sin considerar el contexto.

  • Reconocer la autoridad de Jesús: Como cristianos, reconocer la autoridad de Jesús sobre nuestras vidas y sus enseñanzas sobre el amor, la misericordia y la justicia debe guiar nuestras decisiones y acciones.

  • Practicar el amor y la compasión en todas nuestras relaciones: Jesús nos llama a vivir de manera que refleje su amor y compasión, lo que implica actuar con bondad y entender que las necesidades humanas son importantes y deben ser atendidas con misericordia.

En resumen, Mateo 12, 1-8 nos invita a reevaluar nuestras prioridades, poniendo la compasión y la misericordia en el centro de nuestra vida y nuestras decisiones, y reconociendo la autoridad y el ejemplo de Jesús como guía para nuestras acciones.

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