Evangelio diario / Semana 5ª de Pascua
Evangelio según san Juan 14, 21-26
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: “El que acepta mis mandamientos y los guarda, ese me ama; y el que me ama será amado por mi Padre, y yo también lo amaré y me manifestaré a él”. Le dijo Judas, no el Iscariote: “Señor, ¿qué ha sucedido para que te reveles a nosotros y no al mundo?”. Respondió Jesús y le dijo: “El que me ama guardará mi Palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él. El que no me ama no guarda mis palabras. Y la Palabra que están oyendo no es mía, sino del Padre que me envió. Les he hablado de esto ahora que estoy a su lado, pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien se lo enseñe todo y les vaya recordando todo lo que les he dicho”.
Palabra del Señor.
"El que acepta mis mandamientos y los cumple, ese me ama."
En este diálogo íntimo, Jesús revela que el amor verdadero se muestra en la obediencia, no como sumisión, sino como una respuesta libre al amor primero de Dios.
🕊️ Reflexión
Jesús no habla aquí de un amor teórico, sino de uno activo y concreto, que se expresa cumpliendo sus enseñanzas. Y promete algo muy profundo: quien lo ama, será amado por el Padre, y Él mismo habitará en su vida.
Luego, nos asegura que el Espíritu Santo, el Defensor, será enviado por el Padre. Él nos enseñará todo y nos recordará las palabras de Jesús. Esta es una promesa de compañía permanente: no estamos solos en el camino de la fe.
El Espíritu Santo es quien nos guía, consuela, fortalece y mantiene viva la Palabra en nuestro corazón. Cuando no sabemos qué hacer, cómo actuar o cómo vivir el Evangelio, es el Espíritu quien nos recuerda que somos amados y enviados.
🙏 Para meditar
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¿Mi amor a Jesús se expresa en acciones concretas?
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¿Busco en mi vida diaria cumplir sus enseñanzas?
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¿Me dejo guiar por el Espíritu Santo, o actúo solo por mis fuerzas?
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