QUINTO DOMINGO DE PASCUA
Evangelio según san Juan 13, 31-33a.34-35
Cuando salió Judas del cenáculo, dijo Jesús: “Ahora es glorificado el Hijo del hombre, y Dios es glorificado en Él. Si Dios es glorificado en Él, también Dios lo glorificará en sí mismo: pronto lo glorificará. Hijitos, me queda poco de estar con ustedes. Les doy un mandamiento nuevo: que se amen unos a otros; como yo los he amado, ámense también unos a otros. En esto conocerán todos que son discípulos míos: si se aman unos a otros”.
Palabra del Señor.
“Les doy un mandamiento nuevo: que se amen los unos a los otros. Así como yo los he amado, ámense también ustedes los unos a los otros.”
🕊️ Reflexión
Este pasaje nos coloca en el corazón mismo del mensaje de Jesús: el amor como señal de identidad del cristiano. No se trata de cualquier amor, sino de uno que tiene como medida el amor que Cristo nos ha tenido: total, humilde, entregado hasta el extremo.
La novedad de este mandamiento no es amar —eso ya estaba en la Ley antigua—, sino amar como Jesús amó: sirviendo, perdonando, dándose por los demás. Es un amor que renuncia al orgullo, que abraza al otro con compasión, que no excluye ni margina.
Y añade algo esencial:
“En esto reconocerán todos que son mis discípulos: si se aman los unos a los otros.”El amor mutuo no es solo una forma de vivir, es también nuestro mayor testimonio ante el mundo.
🙏 Para meditar
-
¿Estoy amando a los demás como Jesús me ama?
-
¿Mi comunidad cristiana se distingue por el amor mutuo?
-
¿Dónde puedo vivir hoy ese mandamiento nuevo: en mi casa, en el trabajo, con quien me cuesta amar?
Comentarios
Publicar un comentario