Evangelio diario / Semana 5ª de Pascua
Evangelio según san Juan 15, 18-21
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: “Si el mundo los odia, sepan que me han odiado a mí antes que a ustedes. Si fueran del mundo, el mundo los amaría como cosa suya, pero como no son del mundo, sino que yo los he escogido sacándolos del mundo, por eso el mundo los odia. Recuerden lo que les dije: 'No es el siervo más que su amo'. Si a mí me han perseguido, también a ustedes les perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la de ustedes. Y todo eso lo harán con ustedes a causa de mi nombre, porque no conocen al que me envió”.
Palabra del Señor.
No somos del mundo, dice el Señor.
Esta afirmación no significa que debamos aislarnos o despreciar la realidad, sino que nuestros valores, decisiones y actitudes están llamados a ser diferentes: guiados por el amor, la verdad, la justicia y la fidelidad a Dios. Ser discípulo implica nadar contra la corriente cuando el mundo propone egoísmo, indiferencia o mentira.
Jesús nos consuela recordándonos que Él también fue rechazado. Así, no estamos solos en la adversidad: compartimos su cruz, pero también su victoria. El rechazo del mundo no debe desanimarnos, sino recordarnos que estamos viviendo según una lógica distinta, la del Reino de Dios.
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