Lectura del libro del Levítico 13, 1-12. 44-46

DOMINGO 6º DEL TIEMPO ORDINARIO

El Señor dijo a Moisés y a Aarón:
Cuando aparezca en la piel de una persona una hinchazón, una erupción o una mancha lustrosa, que hacen previsible un caso de lepra, la persona será llevada al sacerdote Aarón o a uno de sus hijos, los sacerdotes.
La persona afectada de lepra llevará la ropa desgarrada y los cabellos sueltos; se cubrirá hasta la boca e irá gritando: «¡Impuro, impuro!». Será impuro mientras dure su afección. Por ser impuro, vivrá apartado y su morada estará fuera del campamento.

Palabra de Dios.


La enfermedad en Israel era un castigo divino fruto de un pecado anterior -del enfermo o de sus antepasados- y, al mismo tiempo, causa de impureza para quienes le rodeaban. Por eso, las personas aquejadas de lepra debían vivir alejadas de las demás. Aunque ahora no podríamos entender que una situación así se produjera, no es tan extraña: millones de personas están en las afueras, en los márgenes de las ciudades, y hasta del mundo, por tener una piel diferente, por haber llegado de un lugar distinto. Así que no estaría mal que pudiéramos traer a la memoria -la de la cabeza y la del corazón, si es que fueran distintas- a esas personas que todavía en nuestro siglo XXI son enviadas a vivir “fuera del campamento” porque no tienen, no saben o no son. Y si de la memoria y del corazón, pasan a nuestras manos y a nuestros pies, es decir, si nos movemos y hacemos algo por cambiar esas situaciones, tanto mejor.

P. Juan R. Celeiro

Comentarios

Entradas populares de este blog

Feliz Aniversario sacerdotal

LA NATIVIDAD DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA Fiesta