LA ANUNCIACIÓN DEL SEÑOR Solemnidad




Lectura del libro de Isaías

7, 10-14; 8, 10

El Señor habló a Ajaz en estos términos:
«Pide para ti un signo de parte del Señor, en lo profundo del Abismo, o arriba, en las alturas».
Pero Ajaz respondió:
«No lo pediré ni tentaré al Señor».
Isaías dijo:
«Escuchen, entonces, casa de David: ¿Acaso no les basta cansar a los hombres, que cansan también a mi Dios? Por eso el Señor mismo les dará un signo. Miren, la virgen está embarazada y dará a luz un hijo, y lo llamará con el nombre de Emanuel, que significa Dios está con nosotros».

Palabra de Dios.


Buscamos palabras, pero tenemos miedo al mensaje que se nos pueda transmitir con ellas. Buscamos personas pero tememos que las que encontremos no reaccionen como nosotros queremos. Pedimos a los demás algo que nosotros somos incapaces de hacer, pero no por pedir ayuda, sino por no molestarnos en intentarlo, tenemos miedo de no conseguirlo.
Nos cuesta mucho descubrir en lo cotidiano mensajes que nos transmiten lo sorprendente de la vida, queremos señales luminosas y no vemos los carteles normales que nos transmiten información importante. Puede que lo que queramos es ser esos carteles luminosos y no seamos conscientes de la luz que transmitimos cuando hacemos de lo cotidiano la sorpresa de cada día. Hay quien busca señales en el cielo, en las estrellas, otros buscan en las cartas, otros en la forma de las olas, otros buscan las señales en la Palabra y desde ahí guían su vida. Isaías relata como Dios, a pesar de los miedos del ser humano, sigue dando señales que nos hagan descubrir su presencia, esas señales pueden ser sorprendentes o simples acontecimientos, en nosotros está descubrir a Dios en ellos.

P. Juan R. Celeiro

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